Corría el año de 1965, y la primavera irrumpía en la ciudad estadounidense de Selma, en el Estado sureño de Alabama. El 7 de marzo, la urbe había sido escenario de una pacífica marcha por la reivindicación del derecho al voto de los negros en los Estados del Sur. Una garantía legal violada durante décadas por las autoridades federales. Aunque pacífica, la manifestación fue reprimida de manera tan brutal por la policía que recibió el nombre de Bloody sunday (Domingo sangriento), el mismo con el que se conoció años después la represión habida en Derry --Irlanda del Norte-- el domingo (30 de enero, de 1972) cuando el ejército inglés cargó contra manifestantes independentistas irlandeses, matando a 14 de ellos.

Pero la manifestación de Selma, lejos de ser un fracaso, supuso un revulsivo para la lucha pacífica por la abolición de las leyes segregacionistas.El reverendo Martin Luther King (que había recibido el premio Nobel de la Paz un año antes de estos sucesos, en 1964), insistió en que las marchas por los derechos civiles entre Selma y Montgomery (capital del Estado de Alabama) continuasen, de manera que hubo dos más. La última finalizaba el 25 de marzo de 1965. Aquella noche, Viola Liuzzo, una joven mujer blanca, de apenas 40 años participaba en la marcha como conductora de apoyo a los manifestantes. Por la misma autopista, un coche Impala de color rojo y blanco, lleno de furiosos Klansmen (hombres del Ku Klux Klan), había salido a la caza de manifestantes, y pronto encontrarían lo que buscaban.

Un Chevrolet parado ante un semáforo en rojo, esperando la luz verde para cruzar el puente de Pettus, llamó su atención. Los Klansmen giraron en contra dirección, ajenos a cualquier legalidad y estacionaron a la altura del Chevrolet. En su interior,una mujer blanca iba al volante, acompañada de un hombre negro. Cuatro disparos acabaron con la vida de la mujer. Las aguas del río Alabama se tiñeron de rojo.

Quizás lo más trágico es que cuando se produjo el asesinato de Viola Liuzzo, hacía tan solo diez días (el 15 de marzo de 1965) que el presidente de los Estados Unidos, Lyndon Johnson, "en nombre de la dignidad del hombre y el destino de la democracia", había promovido una ley que prohibía la discriminación racial en el voto en los EEUU. Pero como en la antigua "ruta de la esclavitud", en Benín, eran muchos y con mucho poder los americanos blancos que no estaban dispuestos a abrir la puerta del no retorno, la que se cerraba tras los esclavos, asegurándoles que jamás volverían a África.

En este año se conmemoran los 50 años de las marchas de Selma, y los 46 del asesinato de Luther King, ocurrido en Memphis el 4 de abril de 1968. El 16 de octubre de aquel mismo año, durante las Olimpiadas de México, el atleta afroamericano Tommie Smith batía el récord del mundo en la prueba de 200 metros, mientras su compatriota, el también afroamericano John Carlos, se alzaba con el bronce. Llegado el momento de recoger sus medallas desde los cajones del podio, ambos fueron protagonistas de una de las más simbólicas imágenes del siglo XX, cuando al comenzar los acordes del himno los Estados Unidos, ambos alzaron sus puños envueltos en un guante negro, símbolo del Black power (Poder negro). Ante las recriminaciones que posteriormente recibieron los atletas, ellos manifestaron: "Somos negros y estamos orgullosos de serlo", en referencia al álbum que con el mismo nombre publicó ese año James Brown.

A pesar de lo que ha significado la figura de Martin Luther King, hasta este mismo año, jamás se había hecho una película sobre su figura. Selma ha aspirado al Óscar a la mejor película, y su directora, Ava Du Vernay, ha sido la primera directora negra nominada a un Globo de Oro. Su estreno está previsto para el 6 de marzo en España. Para Du Vernay, que haya sido con la presidencia de Obama, el primer presidente negro de EEUU, cuando Hollywood se haya decidido a producir películas como 12 años de Esclavitud, Lincoln o El mayordomo, no es un hecho casual.

Distinto fue el caso de Malcolm X (la X representaba los apellidos que los esclavos negros perdieron una vez fueron presos de la Trata), el otro gran activista --junto a Martin Luther King-- en la defensa de los derechos civiles de los negro-americanos. En 1992, Spike Lee dirigió una película sobre su vida, protagonizada por el actor Denzel Washington. En cambio la figura de Malcolm X ha pasado a la historia difusa e interesadamente empañada, como contraria a la vía pacífica de King, la cual defendieron ambos. Quizás Malcolm X desde una vertiente más rebelde como líder de la Nación del Islam, pero también con un programa político bien definido, como el de su partido: Unidad Africana. Fue precisamente el día de su presentación, el 21 de febrero de 1965, cuando (instantes antes de iniciar su conferencia en el Audubon Ballroom del barrio neoyorquino de Harlem) Malcolm X cayó fulminantemente abatido por siete balas. Nunca se ha sabido con seguridad quiénes fueron sus asesinos, pero sí que el baile que se iba a celebrar tras su intervención, en el mismo lugar del crimen, se desarrolló con normalidad, después de que tres empleadas negras de la limpieza lavaran la sangre del escenario.Historiador y periodista