Comienza las vacaciones de Semana Santa, una semana en la que el sector que vive del turismo pone su esperanza en que les permita remontar los malos datos que han tenido hasta ahora y que poco a poco les está hundiendo aún más en la crisis. La nieve caída hace un par de semanas ha permitido a las estaciones aragoneses mantener abiertas las instalaciones y enjugar los malos datos que han tenido durante la temporada invernal, que salvo días muy concretos ni ha nevado ni ha hecho frío suficiente para aprovechar los cañones de nieve artificial. Pero Aragón cuenta también con un gran atractivo estos días: las procesiones de Semana Santa. Numerosas localidades cuentan como reclamo turístico sus paso y cofradías y sus bombos y tambores. Toda una alternativa y un complemento a la nieve y que cada año va en aumento pese a la crisis.