El 3%, esa cifra que situó en la palestra pública Pasqual Maragall en un famoso debate parlamentario con Artur Mas, ya tiene una sentencia judicial que lo sustente. La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a Félix Millet, Jordi Montull, Gemma Montull y Daniel Osácar (extesorero de Convergència Democràtica de Catalunya) por haber creado un sistema mediante el cual la empresa Ferrovial pagó comisiones a CDC a cambio de la adjudicación de obras públicas por parte de la Generalitat en varios ayuntamientos gobernados por el partido. Ferrovial pagaba como comisión un 4% del importe de las adjudicaciones, del cual el 2,5% era para CDC, el 1% para Millet y el 0,5% para Montull. Según el fallo, este sistema se mantuvo «ininterrumpidamente» desde antes de 1999 hasta el 2009. La implicación de CDC es tal que la Audiencia ha ordenado el decomiso de 6,6 millones de euros de fondos del partido, al margen de la pena de cárcel de Osácar (cuatro años y cinco meses). Millet ha recibido una pena de nueve años y ocho meses de prisión; Jordi Montull, de siete años y seis meses, y Gemma Montull, de cuatro años y seis meses.

Con la sentencia se pone fin a un largo proceso judicial y a un escándalo sin el que no se puede entender la política catalana de los últimos años, desde que en el verano del 2009 los Mossos d’Esquadra registraran las oficinas del Palau de la Música. El saqueo de la institución musical confesado por Millet y Montull escondía a su vez este sistema de financiación ilegal de CDC, que salpica de forma irremediable la figura de Artur Mas, por mucho que ayer el expresident de la Generalitat afirmara que las responsabilidades políticas ya han sido ventiladas. Durante la década a la que la sentencia hace referencia, Mas tuvo diferentes puestos de alta responsabilidad en el Govern y en CDC. Ayer, el PDECat, partido heredero de CDC de cuya presidencia Mas dimitió la pasada semana, también se desmarcó del caso. Pero lo cierto es que ni para el PDECat ni para el propio Mas es tan sencillo deshacerse de la sombra del partido hegemónico en Cataluña durante varias décadas. Con esta sentencia, las siglas de CDC quedan oficialmente vinculado al 3% (un 4%, para ser exactos). Si a ello se le suma el caso Pujol, es necesario algo más que un paso al lado y un cambio de siglas. La regeneración debe ser profunda.