La gestión de Plaza al margen de su consejo de administración, y concretamente la adjudicación y el pago de obras al constructor Agapito Iglesias le ha costado a este y al presidente y gerente de la citada sociedad pública, Carlos Escó y Ricardo García Becerril, respectivamente, penas de cuatro años de cárcel para cada uno. Y los dos últimos encausados, juzgados ahora en el caso pagarés, lo están también en otros procesos relacionados asimismo con la Plataforma Logística.

La sentencia conocida ayer fundamenta su fallo en el viciado método de gestión que Escó y García Becerril habían impuesto en Plaza. Hacían de su capa un sayo. Y es ahí donde emergen las irregularidades que acabaron desembocando en delitos. El enfoque es muy político, por decirlo de alguna forma, y parece lógico que esta condena, que no es tan leve como se ha dicho en algunos foros y redes, salpique a los gobiernos PSOE-PAR del periodo 1999-2011. Una vez más se confirma el principio de que, cuando un mismo Ejecutivo se afianza en el poder durante sucesivos mandatos, la sensación de impunidad acaba produciendo estragos.