Publicaba el PERIÓDICO en su edición del pasado miércoles que la Organización de Curanderos Tradicionales sudafricanos había sacrificado un buey a cuchillada limpia ante las puertas del estadio Soccer City de Johannesburgo para pedir a sus ancestros la bendición del Mundial de Fútbol que se celebrará en Sudáfrica entre el 11 de junio y el 11 de julio próximos. Según un portavoz, el objetivo de ese ritual no era otro que "recordar a los antepasados que el mundo está viniendo a Sudáfrica y que es necesario que todo salga bien-". A pesar de su sanguinolenta espectacularidad la noticia no debería sorprendernos ya que, más allá de cualquier creencia o religión, la búsqueda de protección ante la adversidad y/o cualquier acontecimiento que le sobrepase es connatural al ser humano. Dicho lo cual ¿quién no nos dice que nosotros no acabamos haciendo rogativas y no precisamente para que la Roja gane el Mundial, que también? En nuestro caso se trataría de pedir coherencia para el Gobierno, y de una manera especial para su presidente, responsable último de la errática y desequilibrada gestión de la crisis que puede llevarnos a un adelanto electoral; sentido de Estado para el PP, que empecinado en su carrera por desbancar a Zapatero de la Moncloa, supedita el interés nacional a sus propósitos partidistas y, sobre todo, paciencia, mucha, mucha, mucha paciencia para el resto de los mortales. Como habrán adivinado lo escrito no es sino una broma que me he permitido en unos momentos en los que, señores, hasta de sentido del humor andamos escasos.Periodista