Cuando digo laico no me refiero, aunque también, a mi posición frente al catolicismo (o el islamismo), sino en relación con todos los artículos de fe, con todas las atmósferas religiosas que rodean la mayor parte de las ideologías y las opciones políticas: desde la extrema derecha al anarcocomunismo anticapitalista, desde el unionismo españolista hasta el secesionismo catalanista. Me siento cada vez más lejos de las adscripciones incondicionales, de las creencias cerrradas y de los alineamientos radicales. Soy laico, soy incrédulo y soy perezoso. Paso de sectas, de dogmas y de simplismos.

Por eso, cuando digo que los bienes de Sijena y aun de las parroquias del Aragón Oriental plantean un conflicto que será muy simbólico pero poco consistente en su aspecto cuantitativo, o cuando advierto de que su eventual retorno comportaría muchas más complicaciones técnicas de las que creen los incautos, no pretendo aguarle la fiesta a ningún patriota ni negar el derecho de Aragón a recuperar obras de arte que de aquí salieron. Solo intento poner las cosas en su sitio.

Por eso entiendo también el cuidadín que se gasta el ministro Méndez de Vigo. Se comprende que letiemblen las canillas cuando medite lo que puede ser sacar de Lérida las piezas de Sijena, en una operación que llevará su tiempo y habrá de ser impuesta y protegida por la Policía Nacional o la Guardia Civil (o los Mossos, aunque no creo). Eso, en plena campaña electoral, con el equilibrio entre los dos bloques (el constitucionalista y el separatista) oscilando sobre el abismo... pues no le puede apetecer a ningún político que tenga la cabeza en su sitio.

En Madrid querrían dejar este lío para luego (del 21-D). En cualquier caso, y puesto que el Gobierno central respeta tanto las decisiones judiciales, supongo que preferirá que, merced al mandato del tribunal, sea la DGA, inflamada de fervor artístico, quien corra con el gasto de presentarse en Lérida el Día D, Hora Cero... y a ver qué pasa. No se lo tomen a mal, pero esto habría que abordarlo con un poco de laicismo.