Los últimos gobiernos de Aragón no han tenido claro como gestionar el sistema de enseñanza. La polémica suscitada en tiempos de Luisa Fernanda Rudi ya generó mareas de todos los colores; nadie estaba contento, ni los interinos, ni los funcionarios. Empezaron los recortes, manifestaciones y, aunque se calmaron los ánimos, la legislatura de María Dolores Serrat, como responsable de Educación, estuvo llena de crispación por la inoperancia y la falta de equidad. Pero ahora la cosa no es que haya mejorado, sino todo lo contrario, reflejo del batiburrillo político que existe en los gobiernos autonómicos. Y como en este país es más importante mantenerse cobrando del erario público que dimitir por incapacidad, así nos va cuando vemos que el informe PISA sigue siendo bastante malo con referencia a otros países como, por ejemplo, Portugal. El actual gobierno de Lambán lo debe estar pasando canutas. No se puede afrontar la responsabilidad de gobernar, sabiendo que para poder dar un paso tiene que tener el beneplácito del socio Podemos. No, no se puede, estamos viendo constantemente una especie de chantajes negociados que nos están volviendo locos a los ciudadanos. Se va a acabar el curso escolar y el tema de Educación sigue sin resolver. El número 13 parece la consigna, hay que tocar a trece centros concertados quitando vías (sin saber aún los alumnos matriculados). Como no ha podido ser, proponen otros hasta completar los 13 y la Justicia tampoco les da la razón. Recursos a los autos dictados, manifestaciones, disgusto en la pública y la concertada, confrontaciones entre las Asociaciones de Padres. La crispación es de matrícula de honor. Cuando Mayte Pérez pase a la reserva, me imagino que se llevará un mal sabor de boca y los demás también.

*Pintora y profesora