Resulta revelador el paralelismo que puede establecerse entre el tiempo que le ha costado a la Real Academia eliminar la acepción "débil y endeble" de la voz "femenino", y el que se está tomando la sociedad española para instalarse en una igualdad de género que no existe en muchos de sus estratos. De ahí que aún no nos sorprendan del todo imbecilidades como la protagonizada por el presidente del distrito madrileño de Hortaleza, el popular Ángel Donesteve, que se ha retratado al relevar de su puesto a una funcionaria municipal, dada su condición de madre. A que figuras de esta talla campen por la España desigual contribuye un sexismo que se evidencia en más ámbitos que el laboral. Por ejemplo, el deportivo. Un reciente reportaje de ese monumento a la buena televisión que es Informe Robinson, de Canal Plus, refleja las penurias pese a las cuales la selección femenina de fútbol ha obtenido, por primera vez en su historia, la clasificación para un Mundial. Se disputará en Canadá el próximo año y, al contrario que sus homólogos masculinos, las internacionales españolas habrán de pedir días libres en sus trabajos o perder tiempo de estudio, para acudir a una cita de ensueño. Y esta misma semana, la brillante nadadora de sincronizada Marga Crespí anunciaba que, víctima de la falta de motivación, lo deja todo para integrar en Las Vegas el elenco del- ¡Circo del Sol! Como otras deportistas, huye de un país en el que, en materia de género, todavía aplaudimos el número de la mujer barbuda. Periodista