No es una novedad señalar que los socialistas llevan años utilizando a TVE como excusa para hacer la oposición política más cerril, hilarante y menos justificada al gobierno del Partido Popular. Los mismos años, exactamente los mismos, que llevan fuera del Gobierno, repitiendo fielmente una estrategia atolondrada, abrupta y claramente injusta para sus últimos destinatarios que son los trabajadores de TVE. Tampoco es una novedad que nunca les ha importado un rábano el destrozo que pudieran causar en el buen nombre de los profesionales de TVE. Nunca han reparado en su valiosa, tontuna y ¿recompensada? contribución al descrédito público de TVE que otros aprovechan glotonamente. Nunca han evaluado el daño inmenso que con esa actitud causan al futuro de TVE. Y todo por un pírrico titular como puntuales, valerosos y desatados guardianes de las más puras esencias informativas. ¡Quién te ha visto y quién te ve!

En la crisis secesionista de Cataluña han vuelto a ser fieles a las páginas más imprudentes de su manual. Ni siquiera el intento de golpe de Estado ha embridado su dependencia estupefaciente por atacar al Gobierno con la manida disculpa de TVE. A falta de algún criterio solvente, de alguna posición rigurosa, de algún gesto de compromiso contra el atropello secesionista, de alguna altura de miras, la ordinaria embestida a TVE se ha convertido en un simple vuelo gallináceo.

Independentistas y socialistas descalifican con aspereza a TVE pero no reparan un instante, ni les genera el menor reproche, la manipulación institucional que de forma sistemática y programada realiza TV3 cada minuto de emisión. Toda su energía se ha consumido en la exigencia, una vez directamente y otras a través de los Consejos de Informativos, de dimisiones en TVE. Han demostrado bien a las claras, eso sí, que su ponderación es acusada, su vara de medir curvilínea y su inoportunidad mayúscula.

Los socialistas -ni sus morados consejos de informativos- amparan a los profesionales de TVE zarandeados e insultados en Cataluña. Y ese clamoroso silencio les delata, les retrata y les expone a un papelón colosal.

Ni siquiera se han parado a pensar, porque eso exigiría alguna micra de lucidez y responsabilidad, qué sería de una parte tan importante de la Corporación RTVE si triunfara el disparate separatista.

Los socialistas y los podemitas, amparados en otros medios de comunicación que esperan agazapados cobrar parte de la pieza tanto en lo individual como en lo colectivo, le hacen con TVE el caldo gordo a Puigdemont. Los socialistas y podemitas tratan de pescar en el río revuelto, en el río emponzoñado de Puigdemont, alguna ventaja descompuesta mediante una frívola, inaudita y peligrosa maniobra vicaria y disparatada.

Los socialistas, y ahora los podemitas, tampoco esta vez han hecho otro cosa que manosear el nombre de TVE en vano. Y los ciudadanos se empeñan tozudamente en seguir prefiriendo sus Telediarios. ¡Cuánta ingratitud!.

*Diputado Nacional PP Zaragoza