Ni es el último festival de moda ni una nueva cadena televisiva. Soro visión es la estrategia política made in Soro, el consejero de Movilidad y Vertebración del Territorio, para solucionar los eternos problemas que Aragón sufre en los tramos sin desdoblar de la N-II, y la N-232, especialmente entre Mallén y Figueruelas, uno de los puntos más negros del mapa nacional. Un cambio de tercio importante e inteligente con respecto a los antecesores políticos, en la medida en que se ha optado por el consenso con los alcaldes de los municipios por los que transcurren los tramos sin desdoblar, incluso por la colaboración, en la N-232, con la Comunidad Valenciana, para ejercer mayor presión y exigir con una sola voz al Gobierno central. Pero sobre todo, porque se ha presentado a Madrid una propuesta más realista que el histórico desdoblamiento, inviable por ser una obra valorada en 365 millones, con una asignación de partidas presupuestarias anuales de 1,5 millones. Frente a ello, la alternativa, el rescate temprano de la autopista, entre Alfajarín y Fraga, que supondría indemnizar a Abertis para que acabe la concesión actual (un ahorro de 3 millones de bonificaciones de peaje para la DGA), la construcción de accesos desde la AP-2 y el arreglo de la N-II para mejorar el tráfico. Aunque aún falta el presupuesto, solo por estar consensuada y plantear una salida más factible económicamente, supone un paso adelante digno de loar, pese a que con la N-232 la cosa pinte peor, sin presupuestos asignados.