Mientras el Gobierno de Rajoy aprobaba la ley del 3+2 y explicaba que así los estudiantes tendrán que estar menos tiempo en la universidad para conseguir un mismo trabajo, mientras unos cuantos responsables políticos convencían a la gente en general de que hay un exceso de titulados universitarios, se daba luz verde a un montón de nuevas plazas en la Universidad de San Jorge. Se dice que sobran maestros titulados, que hay muchos en paro, que hay que hacer una mejor selección de los que entran a esta titulación tan importante, se sabe que en Aragón ya se oferta en las tres capitales de provincia y se da el visto bueno para que los grados correspondientes se impartan en esta universidad privada directamente relacionada con la Iglesia. Resulta contradictorio decir que sobran titulados y universidades y que hay demasiadas multiplicidades en la oferta de plazas de un mismo título y añadir un cuarto centro en Aragón que impartirá los dos grados de maestro.

Será que quieren decir que sobran titulados universitarios de universidades publicas porque este fenómeno de aumentar la oferta de títulos es general en toda la red de universidades privadas españolas. El tema de los maestros es especialmente importante si nos planteamos que la titulación de maestro responde a una profesión muy concreta a desarrollar en un entorno, el educativo, que también está sufriendo grandes controversias en este momento por la Lomce y las políticas del gobierno de Aragón.

Porque está la escuela pública y la concertada y son distintas y más distintas con la nueva ley, y ahora en Aragón estarán los maestros formados por la universidad pública y los formados por la universidad privada. En la mayoría de las concertadas para contratar al profesorado se le exige la capacidad reconocida de poder impartir la religión católica. La adecuación de los maestros con los planes educativos de las concertadas relacionadas con la Iglesia católica, seguramente se conseguirá mejor en una universidad que depende de la Iglesia y si a esto añadimos los conciertos nuevos y la situación de nuevos barrios y muchas familias jóvenes del extrarradio, por ejemplo de Cuarte, que no tienen acceso a un centro público y están casi obligados a matricular a sus hijos en un centro concertado, nos tenemos que plantear si no estamos ante un ataque a la escuela laica. No voy a entrar ahora en qué tipo de escuela es el mejor ni cómo creo que se podrían conseguir los mejores maestros, pero sí creo que es preciso dejar bien claro por dónde van los tiros de nuestros gobiernos, tanto el de Rajoy como el de Rudi.

*Profesora de álgebra de la Universidad de Zaragoza