Por supuesto, me parece mal el inicio de esa guerra mediática que cierra a Ignacio Escolar y otros contertulios los micrófonos de la SER e impide la presencia de periodistas de Prisa en La Sexta como consecuencia de la airada reacción de Juan Luis Cebrián a su aparición (bien que colateral en los papeles de Panamá. ¿Cómo no me va a parecer mal que se silencie la voz de un periodista (aunque Nacho es director de El Diario, y va a seguir ahí y en otras radios y televisiones), si yo ya fui silenciado? Pero al haberme planteado algunos esta cuestión para demostrar que el otro día, en la Complutense, Pablo Iglesias tenía razón al arremeter contra medios y profesionales de la información, he de advertirles que aquel desahogo también me sigue pareciendo mal. Lo siento, pero no acaba de gustarme el estilo del jefe de Podemos (véase su actuación durante estos meses de negociaciones políticas, amagos y paripés), que lograría mejor sus objetivos con algo más de ecuanimidad, temple y diplomacia. Pero bueno, él sabrá.

Son muchas las cosas que me parecen mal. Lo cual solo significa eso: que soy difícil de contentar.

Me parece mal que Rajoy haya capeado el temporal de estos días manteniéndose al margen de todo, como si la cosa no fuese con él. Me parece mal que el PSOE y Ciudadanos presentaran a bombo y platillo un acuerdo etiquetado como "histórico", que ahora desaparece cual si nunca hubiese existido. ¿Y cómo se van a tratar ambos partidos en la próxima campaña?, ¿de amiguitos, de adversarios, de primos, de socios, de corruptos (C's al PSOE), de versión yeyé del PP (el PSOE a C's)? Me parece mal que Otegui vaya por ahí con carita de pánfilo, haciéndose la víctima. Me parece mal que Esquerra Republicana sea tan borde, oportunista y tramposa.

Me parece mal la manipulación partidista de los medios de comunicación públicos, el cuentismo de los jefes que se acusan mutuamente de haber frustrado algún tipo de pacto, la corrupción de los poderosos que incumplen sus obligaciones más elementales y luego presumen de patriotas... Lo dicho: soy un cascarrabias.