El juez Fernando Andreu ha dado un nuevo paso en la triple causa que tiene abierta contra Bankia. Por las tarjetas opacas, también conocidas como black, ha imputado a 78 exconsejeros y exdirectivos de Caja Madrid a raíz de una práctica inaceptable e inmoral que se amplió a Bankia desde el 2011. A este caso se unen otros dos que también afectan a la entidad: la irregular salida a bolsa y la comercialización de participaciones preferentes. La investigación del juez se centra en determinar si hubo delitos de administración desleal o apropiación indebida en unos gastos de 15,2 millones cuyo conocimiento al detalle provocó una lógica indignación social. Y más cuando este banco protagoniza el mayor rescate financiero de la historia de España. Por ello cabe esperar que la Justicia mantenga el pulso decidido en un caso que debería resolverse con la mayor celeridad posible y con una pena que tendría que ser más ejemplarizadora que nunca. Las instituciones solo se regenerarán si conductas como estas, de élites políticas y financieras, no vuelven a repetirse. Por eso hay que felicitar al juez.