No me convence mucho esa teoría segun la cual el independentismo catalán es simple consecuencia de un adoctrinamiento llevado a cabo desde la escuela y los llamados medios públicos (Catalunya Radio y TV3), sin olvidar las manipulaciones de la Historia y otros vicios culturales. Es un factor, sí; pero relativo. Al menos, mi experiencia personal y la de buena parte de aquella generación indica que el lavado de cerebro colectivo no siempre funciona. Si fuese un método infalible, el que suscribe sería un franquista inquebrantable y probablemente numerario del Opus. Pero ya ven que no.

A ver: varios millones de niños nacidos en los 40 y los 50 fuimos formados en el cerradísimo circuito integrado por la asignatura llamada FEN (Formación de Espíritu Nacional), el Parte (dario hablado elaborado por Radio Nacional y que todas las cadenas debían retransmitir) y el No-do (noticiario cinematográfico de periodicidad semanal, cuyo contenido era pura propaganda del régimen y que se proyectaba tambien obligatoriamente en todas las salas). Además, los niños y jóvenes estaban encuadrados en la OJE (Organización Juvenil Española, de ideología falangista) y sometidos sin remedio a la influencia paralela del Gobierno y de la Iglesia católica. Había censura previa de diarios, libros y películas. La Historia que enseñaban en el cole era de auténtica risa.

Claro que en mi casa, por las noches, se oía la información en español servida por la BBC y Radio París y las emisiones de Radio España Independiente La Pirenaica. Y yo, por mi cuenta, me enchufé bien pronto a los programas musicales que en la segunda mitad de los 60 traían el bendito R&R. Fuese por eso, o porque leía todo lo que caía en mis manos, o por la influencia de mi abuelo y mi padre que eran gente de la república... en cuanto llegué a la universidad me enrolé en las filas de la subversión y en diciembre del 70 ya estaba tirando octavillas contra el Proceso de Burgos. Y no era el único al que le dio por ahí.

O sea, que lo del adoctrinamiento... Hay que matizar esa teoría.