¿Todavía no han visto el último estreno de la cartelera política, la co-produción de escala global en la que participan EEUU, la UE, y en la que España tiene un papel estelar? El guión deslabazado, pero el film está pegando fuerte, y es que el género, política terror, arrasa entre las masas. Un troll norteamericano llega al poder para finiquitar el orden mundial y declarar la guerra a todo el que no le baila el agua. Objetivo: abolir los derechos fundamentales en el globo y acabar con la especie humana y la evolución del planeta. Del otro lado, la UE, un gobierno «gnomo» supranacional de un continente, el europeo, en crisis existencial, dividido, y con un virus inoculado por el terrible Trump: la bruja británica, May, caballo de Troya comunitario, y Malloch, el vampiro, un antieuropeista nato, elegido como Embajador de EEUU ante la UE, y al que ésta ha vetado. En el juego, otro lugarteniente de la oscuridad, hasta ahora enemigo del pueblo americano, hoy, amigo y aliado, el duende Putin, siempre haciendo trastadas. Entretanto, Hispania, ajena a esta batalla, está inmersa en un juego de tronos en las diferentes familias políticas, que pugnan por hacerse con sus particulares feudos. En el bastión socialista, Sánchez y López enfrentados por el liderazgo del partido, aunque la gitana Díaz espere en la sombra para arrebatarles el báculo; y en la casa podemita, Errejón e Iglesias, compitiendo con sus pócimas y hechizos para subyugar a sus hordas mientras su reina-madre, Bescansa, malherida por el veneno que los suyos le han ido administrando, descansa en paz. Uff, de terror.