Los electores han depositado su voto, y ahí están los resultados. Ha ganado el partido donde anida la corrupción (otra cosa son quienes por ideología, manipulación informativa o memoria del pasado han depositado con honradez su parecer). La España que podría ser ha preferido seguir con la España que fue. Mas nos queda el mañana, un futuro donde los grandes valores, la solidaridad, el pleno empleo, los viejos y los jóvenes empujando hacia la calle alegre. Trasegando pasos he notado tristeza, mucha tristeza, gentes con sus cabezas gachas, los labios fruncidos por el dolor de ese todavía no ha podido ser. Pero será. España necesita un cambio radical, cerrar los viejos costurones y abrir su alma hacia un futuro donde únicamente no quepan los ladrones de guante blanco, los partidos corruptos, los políticos que aceptan prebendas de todo tipo para dar aire a sus miserias y las de los poderosos. A la próxima irá la vencida, mas, crítica necesaria, imprescindible, habrá que forzar tanto a PSOE como a Unidos Podemos a realizar un riguroso análisis de los porqueses de sus desatinos. ¿Por qué un PSOE más que centenario y paladín del progreso es hoy refugio de algunas gentes cuyo espacio real está en la derecha, cuyos intereses defiende en mayor medida que los de los trabajadores? ¿Por qué la ilusionante coalición IU-Podemos se ha convertido en más de lo mismo, las élites casi ya "casta"? Esperemos que pronto lleguen nuevos tiempos de cerezas, de un rojo cuyos matices habrá que cuidar y cribar, para gusto de todos. Profesor de universidad