La pastita, el dinero, el parné, la guita, la plata... llámenlo como quieran, pero ahí está: moviendo el mundo. Quevedo fliparía hoy si viese hasta dónde ha llegado el poder de lo colorao. ¿Principios? ¿Valores? ¿Virtud? ¿Ideología? ¡Ja! Ahora mismo, hasta los profetas de la utopía se buscan la vida. Es que, si no... Muchos han sufrido al saber que el brasileño Lula podría estar pringado en Petrobras o en cualquier otra martingala. ¡Si era el Mandela de Latinoamérica! Claro, pero es que también en Sudáfrica el entorno del propio Madiba anduvo metido en asuntos más bien sucios.

Asomémonos al drama de los refugiados. Les pasa lo que les pasa por que son pobres. Si dispusieran de suficientes caudales todo sería distinto, claro. Un jeque que llega a Marbella en jet privado es Dios; un emigrante que cruza el Mediterráneo huyendo de la guerra o del hambre es un moro de mierda. Por eso a la monarquía saudí, mentora desde hace siglos del wahabismo o lectura radical (y violenta) del Corán, se le dió y se le da trato de amigo. Los americanos le venden armas a mogollón; los españoles estamos construyendo el AVE a La Meca. El rey (¿emérito?) Juan Carlos fue nuestro mejor embajador económico ante reyes, príncipes y emires.

Desde que las actuales obras en el Canal le fueron adjudicadas a un grupo encabezado por constructoras españolas, Panamá dejó de ser considerado paraíso fiscal. Aunque sus autoridades se venían negando a facilitar datos a nuestros jueces (por ejemplo, en relación con el famoso ático del expresidente de Madrid, Ignacio González). Pero, claro, no era cuestión de ponerse bordes con un país tan... hermano. Además, los mejores asesores fiscales españoles ya estaban poniendo a sus mejores clientes en manos de despachos como el de Mossack-Fonseca, y tratándose de personas tan... mejores sobraba toda sospecha.

En fin, la Unión Europea tiene por presidente a un exprimer ministro de Luxemburgo, que es un paraíso fiscal como una casa. Pero así son las cosas. Sobre las grandes instituciones del mundo global debería campar el lema Todo por la pasta.