Las tormentas de las últimas horas han puesto a prueba las infraestructuras de Zaragoza. Aunque las trombas no han causado daños personales sí se han producido afecciones al tráfico. A la consabida inundación de Valle de Broto se unió la de la N-330 a la altura de la Academia Militar, un punto más peligroso por cuanto la velocidad de conducción es mayor. Fomento no puede permitir que una carretera nacional se anegue de este modo.