"España se la juega en los mercados; Rajoy salta al ruedo; el agua al cuello, asedio a los pagos en negro". Titulares como éstos asustan a cualquiera. El primero en acoquinarse, Rajoy. No hubo valor como para enfrentar a la prensa y responder sobre los recortes en Sanidad y Educación y el por qué éstos no calman a los mercados y menos al miura europeo que nada quiere saber de las tan descafeinadas PP-medidas. ¡Boberías las justas!, dice Bruselas. Donde esté la introducción de tasas y la subida del IVA a lo luso, que se quite todo lo demás. Razones no le faltan. La subida de la prima de riesgo y el desplome de la Bolsa dejan a España en mal lugar, y la UE y la sociedad demandan respuestas. Lo peor en estos casos es no comunicar, y no te digo nada si además de no hacerlo, uno se da la media vuelta y huye por la puerta de atrás. A nadie le gusta que le avasallen y traten de someterle a un tercer grado informativo, pero un jefe del Ejecutivo jamás deja de enfrentarse con la realidad que se le presente, por más difícil o molesta que sea. ¿Tanto le costaba calmar las ansías informativas de los medios y lanzar un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía? Necesitamos líderes con coraje, capaces de encarar y salir airosos de situaciones de crisis, y el nuestro se amilana a la primera de turno al no poder hacerse paso entre una nube de gráficos y reporteros. Flaco favor le hicieron sus colaboradores al permitirle la salida por el garaje. ¿Que tal si nos ponemos las pilas y usamos un poquito más de estrategia comunicativa?