Ayer, la ministra de Transición Energética dejó claro en Luxemburgo que España cambia de rumbo en su política energética, apostando por las renovables y alejándose del carbón. Dijo que hay que ponerse manos a la obra con las zonas afectadas, como la minera aragonesa, y buscar soluciones justas para la reconversión del tejido productivo. Necesitará primero oír a los afectados, escamados de tantos parches que no han terminado de funcionar.