Cada día va a más. ¿Esto es España? Lo siento pero no deja de venirme a la cabeza aquella jotilla que decía que Calahorra no es Calahorra, sino que parece Washington, tiene Obispo y toda la H... y casa de putición. Y es que España está perdiendo sus señas de identidad, las buenas y las menos buenas, su Historia, aquella de la que podemos sentirnos orgullosos y la que nos enrojece de vergüenza, sus tradiciones y su esencia. Una Nación es el resultado de millones de vivencias, las de los ciudadanos que durante siglos la han ido conformando y generando una idiosincrasia específica. Pero al paso que vamos todo ello es cero pelotero. Aquí y ahora manda el márketing, todo puro mercado anglosajón. Las fiestas de Navidad ya son el reino de Santa Claus y los abetos; Todos los Santos y aquellas calabazas y caramelos casa a casa regalados han dado paso a Halloween y el tenebroso pánico de los innumerables monstruos, el pobre Tenorio enamorado, golfo y casquivano aherrojado en las sentinas del olvido; las rebajas varias amenazadas por ese Black Friday del negocio yanqui (tal evento fue un invento para atizar el consumismo amenazado por el Día de Acción de Gracias, que llevaba a las familias a convivir en las casas sin salir), etc., etc. Pronto hasta veremos cómo la Semana Santa (que ya lo es por lo demás) se convertirá en solo negocio. Una Nación que pierde sus tradiciones (las buenas y las menos buenas) para asumir las ajenas, deja de ser tal Nación para convertirse en Washington. Profesor de Universidad