UGT Aragón ha pactado el despido de un tercio de su plantilla por "la persistencia del descenso del nivel de ingresos". Un argumento similar al que sufren cientos de empresas. Y como en ellas, el sindicato ha pactado con los afectados una indemnización muy cercana al mínimo que propone la reforma laboral, contra la que --por supuesto-- se enfrentó en su momento y se posicionó en conflictos similares instando movilizaciones que no se han dado en su ERE. Enfrentarse a la propia contradicción es un sano ejercicio de humildad.