La lectura de Conspiración de Luke Harding (Debate) viene a refrendar las numerosas sospechas acumuladas en el último año a propósito de esa supuesta injerencia o conjura (o no tan supuesta) de la Rusia de Vladimir Putin en los Estados Unidos de Donald Trump. La reciente declaración de Flynn, uno de los ex-asesores de Trump, admitiendo haber realizado gestiones de aproximación a la diplomacia y a la inteligencia rusa acusan directamente al actual presidente, que no tiene nada fácil zafarse de esas graves sospechas.

Harding, redactor de el periódico británico The Guardian, ha investigado a fondo, y hasta donde ha podido, las conexiones entre ambos políticos.

Comenzando por los vínculos financieros de la familia Trump con los negocios rusos, tanto los llevados a cabo por oligarcas privados como los derivados por las políticas energéticas, de fusión o de liberación, emanadas del Kremlin. Continuando por el hecho evidente de que algunos de los principales colaboradores de la campaña o el gobierno de Trump, como Paul Manacor, Page o Flynn, han sido buenos conocedores de la realidad política y económica de un país que desde hace mucho tiempo parece fascinar a Donald Trump tanto como la belleza de sus mujeres, hacia las que el presidente, antes de serlo, destinó tantos piropos como al propio Putin. Harding se hace eco de la bastante extendida creencia de que existen vídeos sexuales de Trump grabados durante supuestas citas con prostitutas. Con alguna o alguna de ellas habría compartido una supuesta orgía en la suite del Ritz-Carlton donde se alojaron los Obama durante su estancia en Moscú. El odio de Trump a su predecesor en el cargo le habría llevado a mancillar el lecho donde reposaron Barak y Michelle con perversas prácticas eróticas.

¿Verdad, Mentira? ¿O todo lo contrario, como tan a menudo suele expresarse el propio Putin cuando desea dejar en el aire alguna duda referente a sus enemigos o aliados, entre los cuales no siempre es fácil distinguir.

Un clima de guerra fría vuelve a congelar las relaciones entre las dos superpotencias, compleja e incómoda relación que puede tener consecuencias para el resto de los bloques, para utilizar asimismo un término procedente de aquellos años setenta y ochenta que parecían olvidados. pero que vuelven con su dosis de intriga.