¿Es casual que Aragón y Castilla y León sean dos de las comunidades con mayor incumplimiento del déficit público el año pasado? Ambos territorios comparten el problema de la dispersión demográfica y la carestía de los servicios en un vasto territorio desestructurado, con escasas ciudades intermedias y amplios desiertos poblacionales. Y precisamente ambas han solicitado, pese a estar gobernadas por partidos distintos, un tratamiento similar en la futura financiación autonómica. Es un dato, el del déficit, que el consejero Gimeno debe poner encima de la mesa de Montoro. No está solo.