La inauguración ayer de una unidad de diálisis en el centro de especialidades Inocencio Jiménez de Zaragoza es una doble buena noticia. Primero porque el centro recobra más vida después de los años de la crisis y los recortes y segundo porque la nueva instalación mejorará la calidad de vida de los enfermos renales gracias a una tecnología moderna y puntera. Aunque la puesta en marcha va a ser progresiva, lo difícil, construirla y dotarla ya está hecho.