Causó estupor en el PSOE aragonés cómo la secretaria de Organización saliente, Pilar Alegría, definió a su previsible sucesor, el joven parlamentario Darío Villagrasa. Tiene «gran verborrea», dijo. ¿Desde cuando la ampulosidad o el exceso en el uso de los términos son atributos de buen político?