Que a Podemos le vengan una y otra vez con lo de Irán y Venezuela, que lo motejen de partido populista, radical, separatista y diabólico o que lo dejen fuera del ojo de las cámaras de televisión en el Congreso... no le perjudica gran cosa. A la postre, pocos se preocuparán por cuatro (supuestos) petrodólares ajenos, cuando aquí los otros nos han guindado miles de millones de euros que eran nuestros y bien nuestros. Del populismo, ¿qué pueden decir los más conservadores, cuyos deslices extremistas y demagógicos han sido y son apoteósicos?. Y si a Iglesias, Errejón y mamá Bescansa les ponen en las filas de atrás, eso solo demuestra el miedo que les tienen quienes urdieron semejante acomodo en el hemiciclo.

Podemos surgió y se ha desarrollado gracias sobre todo a los errores de sus adversarios y a la existencia de unas circunstancias sociales y políticas objetivamente favorables. Pero el nuevo partido, que tiene todas sus ventajas de puertas afuera, alberga dentro de sí sus mayores problemas.

Por un lado está la probable desconexión entre muchos cuadros y militantes de Podemos (impulsados por una mística rebelde y un izquierdismo infantil) con la masa de sus votantes, que son gente de las clases medias urbanas, ilustradas y muy racionalistas. La dirección (Iglesias y su equipo) va zurciendo esa contradicción interna, a costa de convertir en papel mojado los mecanismos participativos que vincularían al podemismo con las ilusiones del 15-M. Por eso la toma de decisiones, la actividad orgánica y el debate no acaban de acoplarse.

Sumemos a ello la impericia de unos cuadros improvisados y las tensiones que crean y crearán los partidos periféricos asociados a Podemos. En el retorcido código de las presuntas izquierdas nacionalistas (véase el caso de la CUP, como paradigma de tal patología), la patria es el gran (y único) vector verdaderamente populista. Así, el núcleo duro podemista se ha asociado a marcas semicentrífugas catalanas, levantinas o gallegas cuyas derivas no controla. Y España... no vende.

Problemones. Aunque comparados con los que acosan al PP o al PSOE...