Aquello parece muy lejano, como de otro tiempo, pero hubo un momento de esta temporada en el que el Real Zaragoza pareció que iba a consolidar el plan inicial de Natxo González (la popular idea de abrir el campo con los laterales largos y un buen juego combinativo por dentro) y que incluso podía dar frutos apetecibles. Hubo un pasaje de esta Liga en el que aquel propósito, por razones muy diversas, dejó de funcionar y el entrenador comenzó un viaje sin ton ni son, probando diferentes fórmulas alternativas que no funcionaron y que mandaron al equipo hasta la zona peligrosa de la clasificación. Ayer, Natxo González regresó con éxito hasta el punto de origen y recobró la idea inicial sobre la que imaginó un Real Zaragoza de playoff.

El técnico dio con la tecla y la victoria frente al Tenerife fue merecida, indiscutible y fraguada a través de ratos de buen fútbol combinativo, encontrando el pase, con Eguaras en el arranque de un juego lúcido a pesar de dos pérdidas peligrosas, Febas mejorado en la mediapunta y los laterales haciendo muy largo el campo.

Fue tremendamente grato el regreso de Benito y también el partido de Lasure, que lo ha tenido más difícil que nadie hasta alcanzar la titularidad y que la defendió con brillantez. Guti estuvo otra vez titánico bajo la lluvia y Pombo, con un gran gol desde fuera del área, distinto al de Raúl de la semana pasada pero igual de decidido, puso la firma a un triunfo que debería desinhibir al equipo. Todo llegó por el camino que un día pareció que iba a llevar a un punto ilusionante y en el que, ahora, Natxo debería insistir.