Llueven vídeos como un alud de bolas de plomo (los del 1-O), como una catarata de puñales (el de Cifuentes), como una cortina de llaves con las cuales podríamos abrir la caja de los secretos y descubrir qué es verdad y qué mentira (el del incidente de Alsasua o el grabado por La manada). Cuando cada ciudadano lleva una cámara en el bolsillo y Youtube, los medios digitales, las redes y los grupos de wahtsapp son escenarios al alcance de cualquiera, el vídeo es nuestro contexto supremo. ¿Acaso no nos permite ver la realidad tal cual es?

Bueno... En esta tormenta audiovisual, la única grabación que ha concitado total unanimidad ha sido la que muestra a la expresidenta de Madrid abriendo el bolso y sacando las cremas antiarrugas que había cleptomaniado. Se discute sobre quién se llevó (de manera ilegal) tal prueba, quién la guardó y quién la filtró en un momento dado. Pero a nadie le ha cabido duda de lo que allí aparecía y de su significado.

Otra cosa son las filmaciones de las cargas de la Policía en los colegios electorales de Cataluña. Fueron letales para el relato que el Gobierno Rajoy pudiese hacer del conflicto catalán (si es que pretendía elaborar relato alguno). Un error garrafal. Pero no faltan quienes justifican lo que allí aparece, e incluso lo niegan.

Pasa lo mismo con el vídeo de Alsasua, donde sale el recién linchado sargento de la Guardia Civil caminando con normalidad, la cara intacta y la camisa impoluta. Sorprendente. ¿Se deduce de tal secuencia que allí acababa de perpetrarse un atentado terrorista? Muchos dirán que no, ni hablar. Pero otros pensarán lo contrario, y ratificarán la versión oficial: hubo violencia criminal y organizada. Estos mismos, sin embargo, darán por hecho que el vídeo de La manada no capta violación alguna. Como la chica no se resiste...

A menudo la imagen está sobrevalorada. No vale más que mil palabras, sino que suele necesitar más de mil palabras que la expliquen. A los canallas de La manada les inculpaban, por encima del vídeo, sus mensajes de texto. Pero estos no fueron tenidos en cuenta. La tormenta.