Lejos de cerrarse, la herida abierta por el Impuesto de Contaminación de la Aguas (ICA) se abre cada día más. Podemos pide ahora que se elimine, después de haber pactado con el PSOE mantenerlo con modificaciones. Son conscientes que los 70 millones que se ingresarán por esta vía son “irrenunciables” para el Ejecutivo. En la propuesta hecha pública por la formación morada para alcanzar un acuerdo presupuestario se pone como condición “modificar” este impuesto. Ahora, el partido encabezado por Nacho Escartín parece haberse contagiado de la postura maximalista del Ayuntamiento de Zaragoza, que exige la eliminación del ICA. Algo también curioso porque el jefe de gabinete del alcalde, Iván Andrés, participó en las conversaciones en las que solo se habló de introducir cambios en el ICA. Ni siquiera él planteó como solución al conflicto que se quitara el impuesto. Los podemistas parecen haberse dado cuenta del rechazo social que genera el ICA y han subido su apuesta hasta poner contra la espada y la pared al Gobierno. El acuerdo es cada día más complicado y las posiciones se alejan. Podemos ni siquiera se acuerda ya que uno de los motivos por los que rechazaba el ICA era porque servía para pagar el plan de depuración, que los morados calificaban como un modelo de corrupción. Para investigarlo, tras un demoledor informe de la Cámara de Cuentas, se creó una comisión en las Cortes, presidida por Podemos. A día de hoy ni siquiera se ha reunido. No interesa tanto el fondo de problema como arañar votos. Populismo.

*Periodista / @mvalless