El titular de arriba lo soltó sin ambages Gran Wyoming ayer en El intermedio (La Sexta). Pero no crean que supuso un exabrupto de su inmortal estilo. La tarde en televisión estuvo repleta de declaraciones similares en todas partes: Melchor Miralles en Cuatro confesó que no cree que esta gente del PP tenga mala fe, así que simplemente deben de ser estúpidos. Que no dan más de sí, vamos.

Todo lo provocó esa catarata de declaraciones públicas, un ramillete escogido de simplezas propias de la revista Mongolia; Pujalte diciendo que la gente quiere dar el piso para comprarse otro mejor; la Cospe anunciando que los que votan al PP sí pagan hipotecas; la ministra Báñez contando en el Congreso que a la emigración de nuestros hijos hay que llamarla "movilidad externa", en fin, y que las cuentas de Bárcenas son impecables. El postre con ron lo puso Montoro anunciando que estamos saliendo, cuando todos los indicadores señalan que estamos entrando. Y además, nos va a meter la vara de medir recortes por ese sitio tan estrecho... El pobre Iñaki Gabilondo ya no sabe qué adjetivo utilizar para definir este trago...

A mí se me ha asustado todo el humor y el tono irónico que a menudo luzco. Ya no tengo ganas de ná. Que hagan lo que quieran, que sigan mintiendo, que paseen por las plazas con banda de música. No tenemos remedio. En efecto, no saben más. Son imbéciles. Tontos que cobran escandalosos sueldos. Ladrones que son pillados con las manos en la pasta y cuentan chistes. Yo me rindo.