Los procesos judiciales que se derivaron de las investigaciones sobre la gestión de Plaza se van quedando en nada conforme los tribunales, a veces contradiciéndose entre sí de forma significativa, deciden que allí no hubo nada; o nada que no fuese normal. Ahora sabemos que la Audiencia de Zaragoza acaba de absolver a Agapito Iglesias en lo relacionado al presunto sobrecoste (que no fue tal, según el tribunal) del edificio Aulario, donde el Gobierno de Aragón proyectó instalar un centro de FP. El hecho de que uno de los tres magistrados autores del fallo haya sido el ex-alcalde socialista de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, rodea este caso de un aura de irrealidad. Pero por lo visto nadie (menos aún la propia DGA, que ejercía la acusación particular) recusó la intervención en el juicio de un personaje tan obvio e implicado. No sé... Será una cosa normal, pero causa cierto asombro. O tal vez no. La Tierra Noble (como el resto de España) ha entrado en una etapa muy peculiar, donde ya nada puede provocar nuestro asombro. Nos estamos haciendo a todo.

Los tribunales, tan independientes y propios, también han tomado en sus manos las decisiones sobre con quién debe concertar plazas escolares el departamento de Educación del Gobierno autónomo (¿autónomo?, ¡ja!). Así que los colegios del Opus (Montearagón, de chicos, y Sansueña, de chicas) han logrado que un juez les dé la razón frente a una decisión anterior (¡del Gobierno presidido por Luisa Fernanda Rudi!) que les negó el convenio. Serán indemnizados por cuenta del contribuyente con más de tres millones. Y como han vuelto a pedir el concierto y la actual Administración se lo ha negado, igual a la vuelta de un tiempo pillan otra morterada a nuestra costa. Aquí sobran las inspecciones, las planificaciones de la consejería correspondiente y cualquier consideración objetiva (por ejemplo la discriminación por género). Parece que es cosa de la LOMCE. A mí, y de nuevo les ruego me disculpen, me parece más bien un cachondeo.

Pero bueno, tendré que acostumbrarme. La ley... Ya saben.