Una encuesta encargada por el ayuntamiento de la capital aragonesa a la Confederación de Empresarios de Zaragoza ha confirmado de manera empírica la sensación que muchos ciudadanos ya tenían individualmente desde la puesta en marcha del AVE. En términos generales, los sondeados entienden que el nuevo medio de transporte ha sido muy positivo para la ciudad, pero afirman que todavía existen lagunas que resolver respecto de la estación intermodal y su comunicación con el resto de la ciudad. Esos dos ejes aparecen como el verdadero talón de aquiles de un magnífico proyecto que aún no puede considerarse ni implantado ni rentabilizado al cien por cien. Acceder al macroedificio sigue siendo complicado, sobre todo por las carencias del transporte público, y, una vez en la instalación, faltan confort y amplitud de servicios. La encuesta, amplia y muy documentada con un magnífico trabajo de campo, arroja unas conclusiones muy claras. Si Fomento remata la estación, en lo que a instalación de calefacción y mejora de servicios se refiere, y el ayuntamiento planifica cambios o mejoras en las líneas de autobús para llegar al recinto con rapidez y con seguridad horaria, la satisfacción de los zaragozanos será completa. Sin olvidar la necesaria puesta en marcha de la estación de autobuses, competencia de la DGA.