Zaragoza ha incrementado ligeramente su consumo medio de agua. No es preocupante porque la ciudad es una de las que menos gasta, con reducciones anuales desde el 2001 y, especialmente, a partir del 2008, cuando la Expo impulsó una concienciación de ahorro que se ha ido afianzando. Sin embargo, la ruptura de esa tendencia tendrá que hacer reflexionar a la administración para impulsar nuevas campañas que pongan en valor la importancia del consumo responsable de este bien. Se puede achacar a la coyuntura meteorológica, pero habrá que vigilar la tendencia.