El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, dejó ayer un recado nitido a la oposición. En un ejercicio un tanto demagógico acusó a los grupos municipales de «hacer ruido» ahora con su reprobación cuando en su momento no «cuestionaron la Ley de Capitalidad», norma en la que el alcalde se basó para tomar el control de las sociedades públicas. Lo que no dijo el alcalde es que con la aplicación de la ley se cargó de un plumazo el acuerdo político de composición y reparto de la corporación alcanzado a principios de legislatura. Y en Aragón, en política y en todo lo demás se está a lo firmado...