Cualquier liga deportiva es una competición de largo recorrido, en la que las rachas pueden jugar buenas y malas pasadas. El Real Zaragoza cerró la primera vuelta con muchas dudas respecto al objetivo que siempre persiste en la mente del aficionado y del propio club, el ascenso a Primera. La victoria a domicilio el sábado ante el Nástic ha supuesto la recuperación de la confianza adormecida de mirar hacia arrriba en la tabla. Y no es poco el cambio de sensaciones que ello produce. Con 13 puntos conseguidos en la segunda vuelta de los 18 en disputa, el equipo se muestra convincente, con la recuperación de gol y con la seguridad en la portería. Dos funciones claves para cualquier aspiración a victorias.