Conocer las causas de la infertilidad resulta clave a la hora de orientar los tratamientos de reproducción asistida y calcular las probabilidades de gestación. En la clínica IVI de Zaragoza se aplican las pruebas más avanzadas en estudios de infertilidad para dar con el diagnóstico más certero. Una de estas pruebas es el estudio de la hormona antimülleriana, que permite conocer con exactitud la cantidad de óvulos válidos que todavía tiene una mujer en sus ovarios. El director del centro IVI de Zaragoza, el doctor José Serna, nos explica en qué consiste este análisis y sus ventajas frente a otras pruebas para medir la reserva ovárica.

¿Qué es y para qué sirve el estudio de la hormona antimülleriana?

Básicamente, este estudio nos permite calcular la reserva ovárica. La hormona antimülleriana es una hormona que hay dentro del ovario, que lo regula y nos dice qué cantidad de óvulos válidos tiene la mujer. Esto tiene dos aplicaciones específicas. Por un lado, nos permite conocer el pronóstico de un tratamiento de reproducción asistida, y por otro, saber qué esperanza de quedarse embarazada tiene una mujer en los años fértiles que le quedan.

¿En qué consiste esta prueba?

Es una prueba muy sencilla que consiste en una extracción y análisis de sangre cuyos resultados están disponibles en un par de días. No hace falta estar en ayunas ni influye la medicación que pueda estar tomando en esos momentos la mujer. En realidad, no se trata de una prueba reciente, en IVI Zaragoza la llevamos utilizando prácticamente desde que abrimos. Lo novedoso es que entonces era una prueba muy cara y había que valorar detenidamente si se hacía o no, y actualmente ha abaratado su coste y la realizamos prácticamente a todas las pacientes que acuden a la clínica.

¿Hay otras formas de medir la reserva ovárica? ¿Qué ventajas presenta este análisis frente a ellas?

La técnica que más se ha utilizado y que se sigue empleando es la FSH (examen de la hormona foliculoestimulante). La principal ventaja del estudio de la hormona antimülleriana frente a esta prueba, es que la FSH es muy variable a lo largo del ciclo menstrual de la mujer y es una analítica que engaña bastante. Si no sabes en qué momento exacto del ciclo te encuentras, te puede dar valores que están bien y realmente no lo están, o valores que están mal y a lo mejor tampoco lo están.

Otra de las ventajas es que la FSH, por eso de que es variable, hay que hacerla en un momento determinado del ciclo menstrual, entre el tercer y el quinto día. Sin embargo, el análisis de la hormona antimülleriana se puede hacer en cualquier momento del ciclo, no importa si se está con la regla u ovulando. La fiabilidad es mucho más alta y da menos falsos negativos.

¿Qué grado de fiabilidad tiene esta prueba?

Antes, cuando se calculaba la probabilidad de gestación con FSH, en un 30% de las mujeres esa probabilidad estaba equivocada, pudiendo ser mucho mayor o mucho menor de lo que se había establecido previamente. Con la hormona antimülleriana, eso nos ocurre en un 1% de los casos. Por tanto, nos permite dar un mejor consejo reproductivo a la mujer y sobre todo, ayuda a las pacientes a tomar decisiones sobre qué hacer o cómo orientar su vida.

¿Influye a la hora de orientar los tratamientos?

También, porque hay tratamientos que son más potentes o menos potentes, por ejemplo, puede ser clave para elegir entre una fecundación in vitro o una inseminación artificial, o también para realizar tratamientos con óvulos donados si vemos que la reserva ovárica es muy baja y hay mayor garantía que con sus óvulos propios para asegurar la gestación.

¿Tienen más garantía de éxito los tratamientos de reproducción asistida que se basan en el estudio de la hormona antimülleriana?

Claro. Ahora lo que ocurre es que somos mucho más precisos al establecer el pronóstico, hay menos casos en los que el pronóstico establecido era bueno y luego ha resultado que era malo, como sucedía antes. Ahora podemos decirle con certeza a una mujer la probabilidad que tiene de quedarse embarazada, sea del 20, el 50 o el 80%, sin margen de error.

¿Por qué es importante hoy en día poder conocer con exactitud la cantidad de óvulos válidos que todavía tiene una mujer en sus ovarios?

La vida reproductiva de la mujer se agota. El tiempo en el que una mujer puede tener hijos no es el mismo que en el caso del hombre. La naturaleza hace que los óvulos de una mujer se acaben y en la última etapa de este proceso, la calidad de los mismos es muy baja. Gracias al estudio de la hormona antimülleriana podemos conocer el tiempo de vida reproductiva que le queda a una mujer. Esta medición resulta muy importante hoy en día, ya que disponemos de tecnología para preservar los óvulos, de forma que una mujer con 35 años puede decidir no hacer nada si su reserva ovárica es alta u optar por preservar sus óvulos si su reserva es baja.

¿Cuántas mujeres recurren hoy en día a técnicas de preservación de la fertilidad?

Cada vez más. Hay dos grupos para los que está especialmente indicado. Uno de ellos son las mujeres que tienen cáncer y deben someterse a tratamientos con quimio o radioterapia, hecho que en la mayoría de los casos daña gravemente la fertilidad. El otro grupo son aquellas mujeres que deciden retrasar su maternidad por diversas causas: dificultades para emanciparse, situación laboral inestable, etc., para que no llegue un momento en que se queden sin la posibilidad de ser madres con sus propios óvulos.

¿A partir de qué edad es recomendable plantearse esta opción?

La reserva ovárica de una mujer empieza a caer a partir de los 30 años. La velocidad de caída a esa edad es baja, pero a partir de los 35 empieza a acelerarse y, a partir de los 37, el descenso año a año es muy grande. Hay que tener en cuenta que los óvulos se pueden guardar en cualquier momento y estarán como se guardaron, por eso la recomendación se empieza a hacer a partir de los 30, ya que la calidad de los óvulos es mayor a esas edad. Más allá de los 37, existen ya muchas mujeres cuya calidad de los óvulos está más mermada, lo que puede crear dificultades a la hora de concebir.