En verano, a todo el mundo le gusta encontrar una pequeña cala y zambullirse en sus aguas cristalinas. Una imagen amenazada desde hace décadas por la acumulación de residuos tanto en la superficie, playas y costas, como en los fondos marinos. En este sentido, la gestión de residuos sostenible es uno de los grandes retos que debemos afrontar desde todos los ámbitos, tanto los públicos y los privados como los colectivos e individuales. La economía circular es uno de los mayores avances teóricos y prácticos para conseguirlo.

De esta manera, la vida útil de un material no se termina después de su primer uso, sino que tiene una segunda oportunidad, disminuyendo la necesidad de materia prima y reduciendo el enorme volumen de residuos generados que, lamentablemente, muchas veces acaba donde no debe. Por ejemplo, en el mar.

Frente al concepto de 'usar y tirar', esta corriente propone todo lo contrario. Es decir, evitar al máximo la generación de residuos, a través de lo que se conoce como la tres erres: reducir, reutilizar y reciclar.

Mares más limpios

Ante ello, existen proyectos como Mares Circulares, impulsado por Coca-Cola, y que cuenta con el apoyo de más de 100 organismos públicos y privados entre los que se encuentran el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Secretaría General de Pesca, Asociación Chelonia, la Fundación Ecomar y Asociación Vertidos Cero.

Mares Circulares se ha marcado como objetivo fomentar la sostenibilidad ambiental de los entornos marinos a través de la conservación de espacos naturales, la prevención con campañas de y concienciación ciudadana , y la generación de estudios científicos y el reciclaje y reintegración del plástico PET recogido en su cadena de valor.

El lado más tangible e inmediato de este ambicioso proyecto se materializará en la recogida de 250 toneladas de residuos en un total de 270 kilómetros de línea de costa a través de 80 campañas de recogida en playas y entornos acuáticos, limpieza de fondos marinos con la ayuda de buzos y se va a colaborar en la conservación del 100% de las reservas marinas españolas, además de un entorno natural en las islas Azores.

Una de las ideas más innovadoras del proyecto ha sido la puesta en marcha de acciones de recogida de residuos en fondos marinos, para lo que trabajará con la ayuda de más de 50 barcos pesqueros, repartidos en 12 puertos de España y Portugal, que llevarán a tierra los residuos que recojan durante sus labores de pesca.

Un proyecto en red

Diversas oenegés y asociaciones locales lideran la iniciativa de recogida, para la que cuentan con la participación de una red de voluntarios, que recogen y clasifican los residuos de las playas. En Catalunya, están previstas campañas de recogida a lo largo del verano en playas como Calella, Palamós, Mataró, Sitges, Salou o Cambrils. Y en las Illes Balears se recogerán en más de 30 espacios.

Recogida de residuos

Un voluntario durante la operación de recogida de resiudos en una playa.

Sensibilización

Al mismo tiempo, se busca sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de conservar los espacios naturales y gestionar bien esos residuos por parte de todos mediante acciones de formación. Gracias a ello, se conseguirá sensibilizar sobre la importancia del reciclaje y la correcta gestión de residuos a más de 5.000 jóvenes en centros educativos y más de 5.000 adultos en consistorios.

Por otro lado, Coca-Cola llevará a cabo acciones de sensibilización en materia de reciclaje en 12 de las playas con mayor afluencia de España y Portugal a lo largo de este verano. Playas que tienen una media de 10.000 visitantes diarios en época estival.

Innovación

Los datos recogidos se pondrán a disposición de los expertos y universidades en materia de residuos marinos para mejorar el conocimiento del estado de nuestras costas y mares. Además, se impulsarán una start-up, con 5.000 euros de capital semilla, que proponga soluciones a esta problemática en el marco de la economía circular. Coca-Cola reintegrará los residuos de PET en su cadena de valor.

Asimismo, Coca-Cola fomentará la creación de soluciones desde la iniciativa privada, financiando anualmente con un capital semilla de 5.000 euros a aquella 'start-up' que proponga el proyecto más global que compagine principios de economía circular en torno al problema de los residuos marinos. Para, de esta manera, poner los cimientos de una sociedad que sepa cómo dar un nuevo valor a los residuos que genera y cuidar el medioambiente.