--Partido decisivo el del domingo. Nástic y Zaragoza son dos rivales directos por subir, ¿no?

--Vital no voy a decir que es, pero es muy importante. En el Nástic lo debemos afrontar igual que hasta ahora, es un rival directo para ascender y tenemos que mantener la cabeza fría. Solo así ganaremos allí.

--La sensación es que el Nástic baja fuera de casa.

--No es la nuestra, desde luego. Nos vemos como un equipo constante, en casa y fuera. Hemos intentado darlo todo en cada partido, pero no siempre se puede ganar. Hemos mantenido una línea muy regular y para nosotros es un privilegio estar ahí, porque estamos haciendo las cosas bien.

--El Nástic es un recién ascendido y pelea por subir. ¿Cree que la gente le reconoce el mérito?

--No, se olvidan de eso, pero también hay que ver que este equipo ha estado en Primera no hace mucho. Tuvo la mala suerte de bajar a Segunda B, de pasar esos tres años ahí. La idea es volver a la categoría más alta, a la Primera, para poder disfrutar aún más.

--El Leganés y el Alavés han cogido ventaja para el ascenso directo. ¿Son los favoritos?

--Hay posibilidades aún para varios. Leganés y Alavés tienen algo de ventaja, pero estamos ahí nosotros, el Zaragoza, quizá hasta Osasuna y Oviedo. Yo lo veo todo muy abierto, faltan cuatro partidos y todo el mundo va a dar el máximo. Nosotros, por supuesto, lo vamos a hacer para ver si podemos molestar y acabar subiendo. Desde luego, mi única quiniela es que el Nástic asciende a Primera.

--¿Y el Zaragoza?

--Es un buen equipo, en el inicio de Liga empezaron mal, pero después reaccionaron. Es un rival con mucha excelencia y hay que respetarlo. En Tarragona les ganamos, pero después vino otro entrenador, otros futbolistas, como también los fichó el Nástic. El partido de la primera vuelta no tendrá nada que ver con el de ahora.

--¿Algún jugador que destaque del Zaragoza para usted?

--Es que no lo he visto, la verdad. Yo no veo los partidos por TV, estoy en otro mundo, prefiero concentrarme cuando entreno y juego. Después, cuando eso acaba, desconecto, me ocupo de mi familia, de lo mío. La recuperación es vital para darlo todo. Todo deportista debe desconectar.

--La Romareda tendrá la mejor entrada de esta temporada. ¿Les preocupa el ambiente?

--No nos preocupa en absoluto, la verdad. Iremos a hacer nuestro juego y para intentar disfrutar con una victoria.

--El Zaragoza se ha quejado tras el partido de Soria de los arbitrajes y los rivales del Nástic han sufrido expulsiones en los últimos partidos. ¿Qué le dice eso?

--Es que paso de todas esas tonterías de los árbitros, fallan a favor y en contra porque son humanos. Nadie es perfecto. Contra el Leganés nos pitó un penalti claro y dejó de señalar otro. Todo el mundo se equivoca, el que se crea tan perfecto que deje el fútbol y se dedique a otra cosa. Hay que saber respetar al árbitro, porque su trabajo es muy difícil. Yo, por ejemplo, recibo muchas patadas y no sacan una amarilla y, si protesto, me la sacan a mí. No hay que mirar eso. Es que si tenemos que quejarnos de todas las decisiones de los árbitros no acabaríamos nunca.

--Subió con el Betis en 2011. ¿Con el Nástic sería más especial?

--Sería uno más, porque también lo logré con el Toulouse en Francia. Cada ascenso es bonito, no se puede elegir uno. Con el Betis di todo mi corazón, me quedé después de bajar a Segunda hasta retornar a Primera. Con el Nástic llegué el verano pasado y estoy dándolo todo para que el equipo suba.

--Le costó coger la forma esta temporada, pero lleva 33 partidos, ocho goles y cinco asistencias. Son buenos números...

--Son números de jugador importante, pero soy uno más. Cada uno tiene su rol y su peso dentro del equipo, pero no soy ni especial ni diferente. Ahora mismo parece que no tengo 33 años, estoy disfrutando mucho de este momento.

--Llegó a España con solo 14 años a las categorías inferiores del Valencia. Y en el 2000 dejó esa cantera por un problema con su permiso de residencia.

--Me tuve que ir por mucho más que un problema de residencia que un club como el Valencia, con el peso que tiene, puede solventar. Fue un cúmulo de cosas, éramos cinco africanos recién llegados, pero me tocó irme solo a mí. Me fui de allí sobre todo por un problema que tuvieron con mi agente.

--Toulouse, Betis, el periplo por Asia, México y el retorno a España. ¿Se perdió mucho su fútbol con tantos cambios?

--No me he perdido nada, ni he perdido el tiempo. Me fui del Betis porque ellos necesitaban dinero. Si no, no me habría ido. He tenido diferentes experiencias, he conocido otros modos de vida, en Dubai, en los Emiratos Árabes, en México... Todo me ha servido para seguir de pie y además me enseñó lecciones de vida. Por ejemplo, cuando estás en Europa hay mucha gente cerca de ti, pero cuando te vas no hay muchos que se quedan a tu lado. Todo me hizo crecer y madurar.

--Muchos le han achacado a lo largo de su carrera en la madurez el hándicap principal...

--No estoy de acuerdo. Cada uno tiene fases de su vida. Uno es niño, crece después y madura. Hubo gente que me vio como un niño y no entendieron que ya había crecido. Siempre he tenido un carácter fuerte y ha sido uno de mis problemas. Sé respetar y escuchar, pero también pongo la mano en la mesa para decir no cuando todo el mundo piensa que voy a decir que . Tengo la personalidad que algunos no poseen, aunque el tiempo también te hace ver las cosas de diferente manera, ahora a veces prefiero callarme la boca y pasar. Además, he visto muchas cosas como para quejarme demasiado cuando hay tanta gente pasando hambre y muriendo.

--Antes decía que tiene 33 años. ¿Hasta cuándo jugará?

--Mi ilusión es volver a jugar en Primera, pero siempre escuchando lo que me digan mis piernas y mi cuerpo. Voy a seguir aprovechando lo que tengo, lo que me queda de fútbol, si es en el Nástic será un placer y, si no, en otro sitio. Hasta tres años más sí que me veo. Y la edad no cuenta. Mire Pirlo... Aún me siento con ganas.