Hacía ya tiempo que los números recientes no respaldaban a Raúl Agné, que ha llevado al Zaragoza a firmar solo dos victorias en 11 partidos en este tristísimo por ahora 2017 antes de coger las maletas para irse. Pero es que también los globales, los que le acompañaron desde que desembarcó en el equipo en la duodécima jornada, a finales de octubre, le han situado como el peor entrenador en la historia reciente en la categoría de plata. Sus números, esos terribles 22 puntos en 19 jornadas ligueras que han acercado al Zaragoza hacia el abismo de la Segunda B, son peores en Liga, sin contar los partidos de playoff ni la Copa del Rey, que los de todos sus antecesores en el puesto desde que bajó el equipo aragonés a la categoría de plata en junio del 2013.

Ese balance global supone un promedio de puntos por partido para el entrenador de Mequinenza de 1,15, una media bajísima, con un balance de seis victorias, cuatro empates y nada menos que nueve derrotas en 19 partidos. Es decir, un bagaje que roza el horror más absoluto para el conjunto zaragocista en la categoría de plata.

Agné tomó el relevo de Luis Milla tras un inicio de curso decepcionante. El entrenador turolense tuvo que hacer las maletas en la undécima jornada, cuando el Zaragoza, que había empezado la Liga a buen nivel, incluso siendo líder, llevaba una caída de seis jornadas consecutivas sin ganar. Por entonces, el equipo firmaba un pobre balance de 13 puntos en 11 jornadas, un promedio de 1,18 puntos por partido que durante muchas semanas parecía que Agné iba a ser incapaz de empeorar. Lo logró al final.

Es Lluís Carreras, que puso punto y final a su etapa como entrenador en Palamós el 4 de junio, tras aquella derrota frente al Llagostera, una goleada terrible por 6-2, el que mejores números presenta en Liga desde el descenso. El catalán firmó 37 puntos en 24 jornadas (1,54) y la caída final y el drama de Palamós privaron al Zaragoza de llegar a la promoción y le dejaron sin sitio en el banquillo.

Popovic, el único entrenador que ha disputado un playoff de ascenso en estos años con el Zaragoza, estaría el segundo en esa hipotética tabla. Solo en las jornadas de Liga, desde que relevó a Víctor Muñoz en la 14-15, en la decimoquinta cita, hasta que fue destituido tras 18 encuentros en la temporada 15-16, firmó 68 puntos en 46 partidos del campeonato, con un promedio de 1,47.

Numeros muy similares, mientras tanto, lograron Paco Herrera y Víctor Muñoz. Herrera, aún con Agapito Iglesias como propietario de la entidad, dejó el equipo tras 30 jornadas y con 39 puntos (1,3 de promedio). Le relevó Víctor Muñoz para acabar ese curso 13-14 en 12 partidos (14 puntos), vivir el verano del traspaso de poderes hacia la Fundación Zaragoza 2032 y empezar la siguiente temporada, tras un periodo muy agitado, y solo durar 14 jornadas más (20 puntos). En total, 34 puntos en 26 partidos (1,30).

Aun así, para comprobar el escaso bagaje de todos los entrenadores que han pasado por el banquillo del Zaragoza en Segunda basta decir que Marcelino en la 08-09 firmó con el equipo zaragocista para subir 81 puntos en 42 jornadas (1,92 de promedio por partido), mientras que Paco Flores en la 02-03 selló el retorno a Primera con 72 puntos en 42 citas (1,71).