—En verano se habló mucho de su fichaje por el Zaragoza. ¿Hasta qué punto se vio cerca?

—Fue un verano difícil, por mi situación personal complicada, pero la buena temporada con el ascenso del Getafe me abrió puertas. La historia y la grandeza del Zaragoza son conocidas por todos. No es que me llegara a ver más cerca ni más lejos, mi situación y condicionantes me llevaron a decantarme por el Rayo.

—¿Fue más decisión suya ir cedido al Rayo o un problema entre el Zaragoza y el Getafe?

—Al final el jugador tiene un margen de decisión para poder marcarse el futuro. Tenía más años de contrato, había situaciones más rocambolescas que otras y los equipos que mostraron interés fueron grandes instituciones. No se trata de que me convenciera o no más un club que otro, sino que pones todas las circunstancias, la representación del proyecto, lo que conocía del Rayo, el esfuerzo que hizo esa entidad... Al final todo pesó.

—¿Habló muchas veces con Lalo Arantegui?

—El interés me llega por los agentes, por ese feedback. Hablé bastante poco con los dirigentes, con Lalo en el caso del Zaragoza. Al estar a la expectativa del Getafe por mi contrato, la situación era que tenía que salir cedido y dependes del club que tiene tus derechos. Y no solo había dos equipos interesados, había más.

—¿Le molestó que su llegada se diera por hecha en Zaragoza cuando no era así?

—No, molestar no, porque es una cosa que no puedo controlar. Se dio a entender que había tomado una decisión sobre mi futuro cuando no era así. Al que me preguntó a mí, le conté cuáles eran las circunstancias, y, al que me dijo que estaba hecho mi fichaje, a la vista está que no le mentí a nadie, ni jugué con la situación mediática que se estaba dando. Hubo momentos incómodos, claro que sí, porque estaba inmerso en lograr algo tan bonito como un ascenso con el Getafe y a nadie le gusta que se esté dando la sensación desde fuera que yo ya estaba pensando en otro proyecto. Mi futuro se empezó a decidir tras ese ascenso, no antes.

—Parece que acertó. Es fijo en la portería del Rayo...

—Una de las cosas por las que quise venir al Rayo es por el sentimiento que irradian el club y su gente. Es muy diferente al resto, por su masa social, pero no solo por ser un equipo de barrio, además tienen unos valores, que no solo estampan en sus camisetas, que muestran una cercanía con la sociedad, con sus problemas. He jugado muchos partidos con una camiseta (con una franja rosa) ligada a la enfermedad del cáncer de mama. Una tía mía la ha sufrido hace poco.

—¿Pidió vestir esa camiseta? Es un gesto bonito, sin duda.

—Sí, lo pedí. Fue la segunda equipación del Rayo la temporada pasada y me dieron esa opción.

—¿La meta del Rayo es volver a Primera esta temporada?

—El objetivo del Rayo, por lo que te transmite esta institución y por la gente, es estar arriba. No nos exigen de una manera acérrima el ascenso, pero sí piden un equipo competitivo que salga siempre a sumar. En Vallecas no se idolatra tanto al individuo, sino que se quedan más con el colectivo, con el esfuerzo. Aquí la afición te demanda ir como un grupo, que lo demos todo para ganar. Y eso es muy importante.

—¿Y al Zaragoza cómo lo ve, como un rival directo?

—Tiene Copas y títulos europeos en sus vitrinas, lo hemos visto en lo más alto a nivel nacional y ha jugado muchas veces en Europa. Por la ciudad, por su masa social, por su trayectoria... Eso te exige estar arriba. Y tiene muchos mimbres para estar en Primera.

—Ese es el objetivo, pero siempre se dice que esta camiseta pesa más en Segunda que la del resto y que eso influye en el rendimiento de los jugadores.

—Lo que te dicen compañeros o lo que despierta un club como el Zaragoza visto desde fuera puede ser eso. También en el Rayo tienes esa responsabilidad por la gente. Desde luego, vestir la camiseta del Zaragoza supone una responsabilidad porque su afición es exigente, representas a una gran ciudad, van muchos al campo, la historia que tiene, los medios de comunicación que hay detrás... Todo eso influye, claro, estás en una constante exposición.

—¿A qué cree que se debe la irregularidad del Zaragoza?

—En Segunda las diferencias son mínimas y es pronto para hablar de eso. El Zaragoza tiene jugadores para pelear por los puestos altos, para regresar a Primera. Y yo lo veo ahí, de verdad. Además, sé que se han profesionalizado aspectos del día a día. Puede ser que haya tenido muchos cambios en su plantilla y siempre lleva tiempo hacer un bloque, pero les veo argumentos. Y esto no es cómo empieza, sino cómo acaba.