Eguaras siempre señala el choque de Huesca, donde se quedó en la grada, como la clave de su cambio en este curso. «Ese partido fue un punto de inflexión, vi que tenía que cambiar el chip, que no podía seguir así. El míster me pedía que defendiese, que sacase lo mejor de mí también ahí. Tuve que cambiar mi rol y ponerme las pilas, porque me jodió estar en la grada», señaló ayer. Pero solo dos partidos después, en la debacle de Almería, el futbolista navarro volvió a ser suplente y salió en los últimos minutos en un choque que marcó un antes y un después. Para él y para el equipo.

Desde entonces, en la jornada 15, el Zaragoza es Eguaras y diez más. 15 jornadas consecutivas lleva de titular. Ha mejorado en el aspecto defensivo y es uno de los que más balones recupera en la Liga. Además, la llegada del rombo en este 2018 ha traído su mejor versión. Algo que no oculta. «Sí, estoy en mi mejor momento, me siento muy cómodo y estoy contento por cómo me están saliendo las cosas. Si los resultados acompañan el juego sale adelante y en ese aspecto estoy muy feliz».

El domingo ante el Lorca tras un partido espectacular recibió el cariño absoluto de la grada. «Sientes emoción. Nunca viví algo así de sentirme tan querido, agradezco ese gesto y ojalá sean muchas veces más», reconoció, sabiendo que en su gran momento, siendo la luz del juego zaragocista, también tiene mucho que ver el trabajo de Guti y Zapater ahora, y antes de Ros, para que él pueda brillar más en ese rombo a la hora de dar salida al balón: «Son futbolistas de mucho físico que trabajan un montón, pero con balón también son importantes. Con ellos al lado me siento más liberado, con más protagonismo y eso está sacando lo mejor de mí».

Pamplona marca un duelo especial para él. Nació en Antsoain, pero con 12 años ya estaba en la cantera del Athletic. Nunca ha jugado en Osasuna, pero «soy navarro y es especial. Siempre existe ese cariño y tengo familiares y amigos que son de Osasuna. Nunca he jugado allí, siempre lo he hecho de rival, pero es un aliciente más que me motiva». De hecho, Eguaras confiesa que ante el Lorca, con cuatro amarillas y el partido decidido, echó un poco el freno para no ver una cartulina que le hiciera perderse el duelo de mañana.

El centrocampista espera un «partido muy duro y táctico», con un ambiente especial, porque «hay una rivalidad muy grande, pero también sana. Son dos aficiones que lo dan todo por su equipo y eso es bonito», señala.

Tan bueno es el momento tras cinco victorias seguidas que Eguaras, a un punto del playoff, que marca Osasuna, a ocho del segundo, el Rayo, y a 11 del líder Huesca, no renuncia a nada: «Estamos con confianza, le podemos ganar a cualquiera y lo sabemos. Si ganamos a Osasuna ya estaremos con 49 puntos y por ejemplo al Huesca le está costando más ahora. ¿Por qué no pensar en algo más que el playoff?».