--¿Ya se encuentra recuperado del golpe que arrastraba en el muslo derecho y que le ha hecho perderse algún entrenamiento en el stage?

--La primera semana estuve entrenando muy bien, pero el primer día de Boltaña me dieron un golpe en el muslo y tuve el clásico bocadillo. Fue bastante doloroso y como me impedía incluso caminar me dijeron que debía parar. La verdad es que me he recuperado bien. Ahora es importante ponerse a punto para ganarse un sitio en el equipo porque aquí la exigencia es máxima.

--Inicia su segunda temporada en el Real Zaragoza, pero con el mismo objetivo que hace un año: subir a Primera.

--Así es. El objetivo sigue siendo el mismo, pero creo que hay que planteárselo de otra manera. Igual el año pasado nos obsesionamos mucho con el ascenso y en Segunda División la temporada es muy larga. Pasaron muchas cosas, como un cambio de entrenador y de director deportivo, muchos cambios. Hay que ir partido a partido e intentar mentalizarse de que hay que hacer un buen grupo y trabajar con un buen ambiente. Eso y la buena sintonía con el club y la afición te puede llevar a lograr el objetivo. El ascenso se consigue en los últimos meses de Liga.

--El problema es que la temporada pasada tiraron por tierra todo el trabajo realizado con la goleada encajada en Palamós en la última jornada.

--No fue una temporada tan mala, porque después de ganarle al Oviedo nos pusimos cuartos, que era un buen puesto después de lo sucedido contra el Nástic y el Huesca, dos partidos que deberíamos haber resuelto de otra manera, pero al final lo sucedido contra el Llagostera es lo que se te queda clavado en la mente. Fue un desastre de partido y nunca me había sucedido nada igual. Por eso te quedas con esa impotencia de no haber podido entrar en el playoff e intentar lograr el objetivo. Sin embargo, a nivel personal fue un año bastante completo y jugué muchos partidos, algo que no hacía varias temporadas. Además, marqué 12 goles, incluida la Copa, que no es una cifra espectacular, pero que tampoco es mala. Este año intentaré que esos goles sean más. La temporada pasada me fui de vacaciones con la impotencia de no haber entrado en playoff, pero con un año positivo a nivel personal.

--Usted ya ha logrado dos ascensos y conoce bien la Segunda División. ¿Tiene la impresión de que aparentemente la próxima Liga va ser más difícil por los equipos que han bajado de Primera?

--Aparentemente, por nombres, igual parece que puede ser más difícil, pero el año pasado subieron el Alavés y el Leganés, que se suponía que su primer objetivo no era el ascenso. Y después lo hizo Osasuna, que se había metido en el sexto puesto en lugar de nosotros. Va a ser una Liga muy bonita para el espectador y nosotros tenemos que saber a qué jugamos. Después de varios años en Segunda defensivamente no podemos encajar tantos goles como la temporada. Eso es primordial. Goles siempre vamos a marcar. Cuantos menos encajemos, más arriba vamos a estar.

--Decía antes que la temporada pasada no fue mala para usted en el plano personal, pero ahora tendrá que pelear otra vez por ser titular con Dongou y el que venga.

--A todos nos encanta ser titulares y para eso trabajamos y competimos en los entrenamientos. Hasta ahora estamos Dongou y yo para la delantera y nos llevamos muy bien. Nosotros tenemos la suerte de jugar en el Real Zaragoza y queremos ser el 9 de este equipo. Es muy difícil agradar a toda la afición, pero por trabajo no va a ser.

--La idea del club es completar el ataque con un delantero diferente, de mayor envergadura que ustedes dos.

--Sí. Un delantero alto, que sea distinto a nosotros dos. Lo sé. Si llega lo recibiremos como a todos los compañeros para que se adapte lo más rápido posible para nos ayude a ser un equipo lo más sólido posible.

--Tal vez la llegada de ese delantero le permita jugar de mediapunta, que es donde ha dicho alguna vez que le gustaría jugar.

--No sería la primera ocasión en mi carrera que juego con dos delanteros. Ya lo hice en el Elche. Son variantes que también nos pueden venir bien porque tenemos muchos partidos. Por eso, seguramente el sistema o la forma de jugar se puede variar según contra quien tengamos que competir.

--Otro verano más ha habido muchos cambios en la estructura de la plantilla y ahora deben hacer de nuevo equipo, lo que nunca es sencillo.

--La verdad es que siempre es complicado que cada temporada vengan muchos jugadores nuevos, porque no hay una continuidad, pero las cosas son así. Están trayendo jugadores y gente noble y eso también es primordial. Al final siempre tienen que venir fichajes, en unos más que en otros, y esto es el Zaragoza, donde la exigencia es máxima, y hay que saber que aquí el que quiera jugar debe rendir al máximo.

--Milla apuesta por el buen juego. ¿Es posible en Segunda?

--Hay que tener una filosofía y un sistema claro de juego y Milla opta por hacer un buen fútbol e intentar tener la posesión. Así como defendernos juntos y tratar de buscar el contraataque. Muchos partidos se van a decidir en acciones a balón parado y por lo físico, porque en Segunda hay campos en los que los partidos se plantean de ese modo. Lo único que digo es que La Romareda es un estadio para disfrutar y para poder jugar bien al fútbol. Cada equipo que venga a nuestro estadio tiene que saber que para sacar algo le va a costar lo suyo y eso no sucedió la temporada pasada. No se puede volver a repetir.