Cerca de 10.000 gargantas zaragocistas no fueron suficientes para que el Deportivo Aragón cumpliera con el sueño del ascenso a Segunda División B. El CD Palencia se impuso (0-1) al filial zaragocista y consumó su promoción a la división de bronce del fútbol español.

Y eso que el equipo dirigido por César Láinez salió al campo con las ideas claras. Con Kilian recuperado de sus molestias en la punta del ataque, el Deportivo Aragón se encontró a un Palencia ordenado que, poco a poco, fue sucumbiendo a los constantes pases entre líneas de la medular zaragocista.

Las combinaciones de Tarsi, Jamelli y Pombo con las bandas, especialmente la de Pablo Moreno, provocó el caos en el equipo palentino, que dependía de la calidad de Xavi Moré y la efectividad de Diego Torres para crear peligro en el área de Ratón. A excepción de ellos, el Palencia no creó peligro en el área del guardameta del filial y se limitó a esperar al Aragón en su campo.

Pero, al igual que sucedió en la ida, los de Láinez no supieron aprovechar esa superioridad. El técnico aragonés, consciente de la situación, adelantó las líneas y comenzó a sacar petróleo del desorden táctico del rival. Pero ni Kilian, por partida doble, ni Xiscu pudieron doblegar a Carmona. El portero del Palencia, personificado en mesías, salvó a su equipo al filo del descanso y mantuvo el marcador en tablas. Parecía cuestión de tiempo.

Ni Láinez ni Santiago Sedano, técnico del Palencia, modificaron las alineaciones durante el parón. Los primeros compases de la segunda mitad oxigenaron a los visitantes, que fueron desperezándose de las asfixiantes arremetidas del Aragón. Pero el filial zaragocista volvió a tomar las riendas del partido y Jamelli perdonó una ocasión clarísima.

Cuando parecía que la tónica del partido se iba a mantener, una serie de córners en favor del Palencia acabó en las botas de Diego Torres que, con mucha calidad, ponía el balón en las mallas. Una volea impecable que ponía el ascenso patas arriba. El filial necesitaba tres goles para remontar la eliminatoria.

A pesar de que la afición siguió animando, el Deportivo Aragón no reaccionó. El gol de Torres fue un jarro de agua fría. A partir de ahí, el encuentro se abrió. El balón ya no estaba en las botas del conjunto aragonés y el equipo sufría. Con más corazón que cabeza, Láinez introdujo a Barrera y a Buenacasa en el campo y buscó la remontada dejando muchos huecos atrás.

Pero el Palencia no necesitaba más. La experiencia de sus jugadores hicieron templar el partido, pausándolo cuando era necesario. La medular aragonesa volvió a hacerse con el balón, pero demasiado tarde y con muy poco acierto. Ni la expulsión de Chuchi a falta de seis minutos ni el arrojo del Deportivo Aragón pudieron hacer nada.

El CD Palencia volvió a ganar por la mínima y jugará en Segunda B. Las lágrimas de los jugadores del filial y el aplauso general de La Romareda dan seguridad al proyecto. Un proyecto que tendrá continuidad con Láinez en el banquillo pero que, tras el partido de ayer, tendrá que volver a ser en Tercera.