Un Real Zaragoza en caída libre, que acumula 5 jornadas sin ganar y dos puntos de 15, en una clara situación de crisis, lleno de dudas y que no gana fuera desde el 16 de abril, precisamente en Pucela. Con ese panorama afronta hoy Luis Milla una cita decisiva para su futuro en el banquillo. Tras la derrota ante el Elche, el club, después de escuchar a Narcís Juliá, director deportivo, le dio una bala más al entrenador turolense, la que se juega en la matinal en el Nuevo Zorrilla.

La victoria, ante un Valladolid dirigido por Paco Herrera y renacido tras los últimos dos triunfos, se presenta para Milla casi como el arca perdida, como si el entrenador fuera Indiana Jones a la caza de un tesoro que, en el envoltorio del encuentro y vistos los antecedentes, no parece nada fácil lograr. Sin embargo, Indi tiene la facilidad de salir triunfante con todo en contra. A ver si Milla posee también esa cualidad.

Tras 10 jornadas de Liga y con doce puntos de 30 posibles, el Zaragoza de Milla da para algunas certezas. La principal, que no arranca, sobre todo fuera de casa, donde no conoce la victoria. Tiene una colección de dudas el equipo zaragocista, mientras que en el consejo de administración intuyen, o algo más que eso, que la apuesta en el turolense en junio fue equivocada. Le sostiene a Milla el apoyo, público, ya que sobre el césped es otra cosa, de sus jugadores y el de Juliá, también diseñador de una plantilla donde las carencias han aflorado a las mínimas de cambio.

Sin embargo, no hay entrenador más débil que el que no gana y Milla necesita que su Zaragoza reaccione ya. Y que hoy sume tres puntos. Todo lo que no sea vencer desataría una crisis con el entrenador como probable víctima. La victoria, sin embargo, implicará calmar ánimos y reconducir sombras, ganar algo de estabilidad, si bien las dudas del club con el entrenador exigen mucho más que un triunfo para disiparlas.

CAMBIOS DE CALADO / Vuelve Cani tras seis partidos de ausencia, pero no será titular. Milla prepara cambios de calado, con el probable relevo en la portería para que los fallos de Irureta dejen paso a Ratón o la suplencia de Erik Morán para que Javi Ros sea la pareja de Zapater. Casado como interior zurdo para apuntalar la banda izquierda es otra apuesta probable. La duda parece estar entre Xumetra, renqueante en el tobillo, o Juan Muñoz, con el que el Zaragoza jugaría con dos puntas. De la decisión dependerá el sitio del irregular Lanzarote, si en banda o en la mediapunta.

Pero la principal transformación no es tanto el esquema táctico o los nombres como la actitud. El Zaragoza, hasta ahora, se ha mostrado fuera de casa como un equipo de espíritu frágil, con poco fútbol y demasiadas dudas atrás. Necesita dar un vuelco a todo eso para vencer en Pucela, donde ha ganado, eso sí, en sus dos últimas visitas. Paco Herrera, que vivió varios ultimátums en su etapa en La Romareda, ha logrado que el Valladolid remonte cuando parecía también en caída libre. Es un equipo con pegada, con el canterano José Arnaiz como sorprendente aparición, con calidad arriba y con una apuesta ofensiva (4-1-3-2 en el dibujo), aunque se le ven costuras atrás, donde Guitián ya se ha hecho con plaza fija. Todo eso le espera hoy a Milla y al Zaragoza, en una matinal crucial en Pucela.