El Real Zaragoza inicia esta tarde (20.00 h.) ante el recién ascendido UCAM Murcia en La Romareda su cuarta temporada consecutiva en Segunda, el cuarto curso desde el verano del 2013 alejado de los mejores, del sitio que por historia y afición le corresponde, y con la idea de recuperarlo, con un nuevo intento en el horizonte. Hay que viajar al final de los años 40, a los siete años que fueron desde 1943 a 1951, a la época más negra de la historia zaragocista, para contemplar una travesía más larga alejado de la élite. El dato ayuda a comprender el grado de necesidad del Zaragoza para retornar a esa Primera que supondría un salvavidas económico vital para un club agobiado por las deudas y que es una obligación inexcusable para dar una alegría a una afición harta de estar harta y que ve cómo los episodios negativos, algunos tan trágicos como el de Palamós, se suceden sin parar en la época reciente.

El Zaragoza vuelve a alzar el telón de la competición oficial liguera y se parece muy poco al que bajó los brazos ante el Llagostera, donde pitó el mismo colegiado que lo hará hoy, Valdés Aller. Como primera cita, un duelo inédito ante el UCAM, debutante en Segunda División, un club con menos de 20 años de historia cuya matriz es la Universidad Católica de Murcia y que visitará La Romareda tras andar por Tercera y Segunda B en su corta trayectoria. La triste realidad del Zaragoza actual lleva a duelos impensables como este.

Milla solo cuenta con la baja de Dongou y presentará un once muy parecido al del Carlos Lapetra. No estará Rico, ya en Butarque, y sí Casado en el lateral zurdo, mientras que Silva apunta al banquillo tras salir de una lesión para que Popa y Cabrera hagan dúo de centrales. La duda está en la medular. Entre Javi Ros, Erik Morán y Xumetra se juegan dos puestos para que Cani opte a jugar, o bien por dentro --Ros o Morán se quedarían en el banquillo-- o en la banda, si es Xumetra el damnificado.

EL RIVAL Habrá que ver la respuesta de la afición en un partido en lunes, a una hora casi laboral y en medio del verano y con el recuerdo aún de lo sucedido en Palamós, aunque es cierto que el tiempo todo lo cura. De momento, la SAD anuncia que los socios ya son 18.500. Tampoco llama la atención el rival, un UCAM que firmó billete para Segunda tras eliminar al Castilla y que se ha remodelado con 13 fichajes por ahora para tratar de que su paso por la categoría de plata no sea efímero.

El exzaragocista Basha es la cara más conocida en el enemigo, donde también asoman otros jugadores con experiencia en Segunda --Natalio, Vicente, Imaz, Biel Ribas, Kitoko, Guichón o Sergio Mora, si bien estos dos últimos no han viajado por molestias--. Con todo, el rival es muy inferior y todo lo que no sea empezar este cuarto intento de retorno a la élite con una victoria será considerado un tropiezo.