El Real Zaragoza afronta en Montilivi el primero de los cinco duelos finales de esta Segunda, el último esprint con destino a la sexta plaza, a los playoffs. Tiene una visita matutina al Girona --al que ayer arrebató el Sporting la segunda plaza y que va lanzado hacia la élite--, con el colchón que dan los tres puntos con el Alavés, que ganó ayer, y esa renta más el average con la Ponferradina. Esa distancia invita a pensar en que el empate no sería malo, siempre que se ganara después al Mirandés, porque el duelo en tierras catalanas parece el más difícil de los que quedan, aunque aún resta jugar también con Las Palmas o Valladolid. Pero el paso para perder es mirar la calculadora y tener una mentalidad conservadora. Mucho más para este Zaragoza, tan poco fiable y consistente.

La victoria, además, tendría un valor incalculable. Por la entidad de un rival lanzado, el más en forma de la Liga, con un pleno de 12 puntos en los 4 últimos partidos, por la confirmación de la línea ascendente de los últimos partidos, donde se ha dado una pequeña mejoría en las sensaciones y mayor en los números, con 7 puntos de 9, y sobre todo por el paso de gigante que supondría para esa sexta plaza. Por todo ello, el asalto a Montilivi es, sin duda, el asalto soñado.

Popovic ha logrado que el Zaragoza reaccionara y pasara su peor momento de la temporada, el que le llevó a firmar una sola victoria en diez partidos y nueve puntos de 30. Ahora, el equipo se ha levantado y cuenta con más profundidad de banquillo. No le sobra nada, pero compite un poco mejor, tiene algo más de confianza y ante el Albacete recuperó la pegada que tantas veces le ha salvado partidos a lo largo de este curso.

Las lesiones de Cabrera, actor principal, y Lolo, secundario y desmotivado, han reabierto la enfermería esta semana después de que antes del partido con el Albacete Popovic no viera a nadie entre algodones. Esperó a la cita de hoy para recuperar a Eldin, que vuelve tras dos meses y que puede ser vital en la recta final porque es el mediapunta que más gusta al serbio.

Eldin no será titular, porque le falta ritmo competitivo y, de hecho, el once apunta a tener solo la novedad de Rico, que entró por el lesionado Cabrera ante el Albacete. El resto, los mismos que derrotaron al cuadro manchego. Salvo sorpresa, ni defensa con tres centrales con la entrada de Rubén junto a Vallejo y a Mario ni el regreso de Javi Álamo, al que Popovic le tiene fe, pero que no ha sido titular desde que se recuperó de su lesión. No deja de ser positivo, en todo caso, que en el momento culminante el once salga casi de carrerilla.

El Girona está a un paso de emular la gesta del Eibar, llegar a la élite por primera vez con un presupuesto modesto, con jugadores de poco nombre y notable rendimiento. Pablo Machín conduce un bloque que juega de memoria, con un sistema de tres centrales como cabecera. Montilivi estará lleno por primera vez en este curso y el Girona espera al Zaragoza henchido de moral, razón de más para que ese asalto a la fortaleza gerundense signifique mucho más que tres puntos para los de Popovic.