El Real Zaragoza necesitaba que sus sensaciones tuvieran el refrendo de los resultados y lo logró derribando de un solo golpe en el inicio de las Fiestas del Pilar dos asignaturas pendientes con su goleada al Numancia, hasta ayer líder y casi una muralla y que se marchó de La Romareda viendo como el equipo de Natxo González conseguía la primera victoria ante su gente, ilusionada con lo que ve, en el proyecto y en el fútbol, pero necesitada también de una alegría en forma de un triunfo tan claro, y además dejaba su portería a cero. La fiesta y el bálsamo fueron completos porque no se puede olvidar que el Zaragoza saltó al césped de La Romareda en zona de descenso.

El triunfo supone la tranquilidad del que ve recoger los frutos del trabajo y del convencimiento que muestra el equipo, que esta vez y comandado por Toquero, autor de dos goles decisivos al comienzo de cada periodo, fue eficaz cuando le tocó ejecutar a su rival. La expulsión absurda de Diamanka y el penalti que permitió a Borja frenar su sequía hicieron que el partido ante un Numancia que se había dejado de inicio en el banquillo a jugadores importantes, sobre todo a Pere Milla, ya no tuviera historia desde el minuto 55 y que La Romareda hasta pudiera recrearse en una ola numerosa y festiva que también debe empujar a un equipo al que su gente le tiene fe y por el que siente ilusión tras solo ocho jornadas disputadas.

Al Zaragoza le espera el Lorca el miércoles y la visita el domingo a La Romareda de Osasuna, ahora nuevo líder. Una semana que puede ser vital para que el equipo pegue el impulso hacia arriba y de momento el comienzo no ha podido ser mejor, con una victoria clara y sin objeciones de un bloque donde todas las piezas encajaron, aunque hubo algunas que volvieron a destacar, como Mikel González, cuya contribución defensiva es notable y mejora a Verdasca, o Febas, que soltó un partido lleno de recursos y de fútbol. En el mediapunta catalán, ayer escorado a la derecha con Toquero a la izquierda, hay un futbolista bárbaro, en el juego, en lo que aporta con balón, y también en su compromiso, en su capacidad en la recuperación y su espíritu competitivo.

Al Zaragoza todo se le puso de cara sin romper casi a sudar. Buff vio el desmarque de Borja y el pase de este trajo la anticipación de Toquero ante Unai y Dani Calvo para empujar el balón a la red. No se había llegado al minuto 2 y el Zaragoza ya mandaba, aunque el gol no tranquilizó a los de Natxo González, que en los primeros instantes se vieron dominados por el rival, con Dani Nieto como jugador más peligroso y con un penalti sobre él de Eguaras que hizo contener la respiración a La Romareda.

Comenzó después Pizarro Gómez un desigual reparto de tarjetas y faltas que cabreó a La Romareda, pero el caso es que el partido se fue equilibrando, con más intensidad que fútbol. Un remate alto de Higinio tras una duda de Cristian Álvarez fue la ocasión más peligrosa del conjunto soriano donde Escassi trataba de frenar de todas las maneras posibles, legales e ilegales, a Borja.

EL ERROR DE DIAMANKA / Un remate de Toquero, a pase de Alain, novedad en el lateral zurdo, trajo la mejor llegada zaragocista, mientras que el siempre atento Mikel le quitó un cabezazo a Diamanka. Así se llegó al descanso, donde Arrasate dejó fuera a Escassi para evitar que viera la roja y Dani Nieto no supo aprovechar un error en el pase de Zapater. Pero, acto seguido, Febas congeló el tiempo en el área, asistió a Toquero, que mandó un globo para que Elgezabal y Borja pugnaran y el mal despeje del central se topara con la determinación de Toquero, que batió a Aitor nada más comenzar el segundo acto.

El Zaragoza empezó a ejecutar la presión mucho más arriba y en un robo de Febas llegó la absurda jugada en la que Diamanka pisó a Borja cuando estaba en el suelo. Expulsión justa y penalti que el ariete gallego transformó para obtener el premio a su tremenda fe en cada balón.

El partido se acabó ahí. El Numancia dimitió y Natxo aprovechó el tramo final para ofrecer minutos a Guti y para que Ros ejerciera de improvisado lateral y diera descanso a Delmás. Un remate de Guti, que se fue por poco, y otro de Toquero tras jugada de Borja y Febas fueron los últimos avisos de un Zaragoza muy cómodo y con su gente disfrutando de la victoria, ola e himno incluidos, además de mostrar el cariño hacia el goleador Toquero, que se ha ganado a la grada desde que aterrizó este verano. Todo fueron, pues, buenas noticias para el Zaragoza, que puede presumir ya no solo de sensaciones, que hasta ayer habían sido discontinuas, sino también de una goleada balsámica.