El Betis es el equipo de Primera que planea lanzarse a por el fichaje de Leandro Cabrera en esta recta final del mercado de fichajes. El club bético ya ha tanteado al jugador y medita si lanzar una oferta que rondaría el medio millón de euros por el central uruguayo, que es del agrado de Gustavo Poyet y que se ajusta a lo que el entrenador quiere para cerrar la plantilla verdiblanca en su zona defensiva, la parte prioritaria que quiere reforzar la entidad sevillana. El futbolista tiene una cláusula de rescisión de dos millones, pero él posee el 50% de su pase, por lo que el club aragonés solo podría percibir como máximo un millón de euros por el traspaso.

La operación con el Betis pasaría, entonces, porque Cabrera renunciase a su parte del pase, que cobraría a través del incremento salarial que tendría en el equipo bético en los años de contrato que firmara. Su salario en el Zaragoza ronda los 300.000 euros y solo le queda un año de contrato, hasta 2017, por lo que el club aragonés está obligado a un traspaso en este verano o a intentar una renovación por al menos una temporada más que se ha planteado en las oficinas de la entidad, pero que parece casi imposible que llegue.

SIN CITA CON EL CLUB

"A nosotros no nos han llamado para esa renovación, aunque entiendo que el Zaragoza querrá llevarla a cabo y estamos dispuestos a escucharles, pero todavía no nos hemos sentado a negociar", reconocían ayer los agentes del zaguero, que quiere jugar en Primera y, si no, acabar su contrato en el Zaragoza.

El jugador está viviendo un verano convulso, con ofertas en firme de México (Tijuana y Jaguares) y Bélgica (KRC Genk) que rechazó, con el interés de varios clubs de la Championship (el más fuerte, el del Birmingham), aunque no cristalizó ninguno de ellos, y lleva puesto en el escaparate desde que terminó la temporada pasada. Un ejemplo es el reciente ofrecimiento al Espanyol, aunque el club catalán lo desestimó por tener cubierto ese puesto. La renovación también parece un imposible puesto que el jugador será dueño de su futuro a partir de enero y la oferta zaragocista no puede ser alta.

Así, la del Betis es una de las vías que se abren para la recta final del mercado que acaba el 31, en una semana, y tiene sus aristas de dificultad, aunque también hay opciones de que fructifique. "El central que queremos será polivalente. Algunos centrales tienen un buen posicionamiento y pueden jugar como mediocentros defensivos y otros tienen más movilidad y se adaptan al lateral. No hay muchos centrales zurdos así en el mundo", decía hace unos días Poyet sobre lo que buscaba para su defensa. Esas pistas ya señalaban a Cabrera. Y es la preferencia del técnico del Betis.