La Segunda División es una categoría cada vez más poblada por equipos históricos que aspiran a recuperar el sitio en la élite que tanto anhelan. El Tenerife es un club de linaje histórico, protagonista de episodios forjados a fuego en la mente de todos los aficionados al fútbol español, como aquellas dos Ligas que fastidiaron al Real Madrid con Jorge Valdano como técnico, o cuando exhibían un fútbol exquisito en la antigua Copa de la UEFA. Hace ocho temporadas que el club canario no se codea entre los más grandes, aunque el curso pasado estuvieron cerca de volver a vivir aquellos años felices. Una fantasía que se truncó en el playoff ante el Getafe, los madrileños ascendieron a Primera y dejaron al Tenerife con esa irreparable sensación de vacío que provoca el permanecer un año más en la Liga de plata. Un sentimiento de desazón que tratará aliviar con un buen inicio.

El rival del Real Zaragoza en la primera jornada sueña con culminar la tarea pendiente del ascenso, pero en una situación totalmente diferente. El presidente del Tenerife Miguel Ángel Concepción aseguró a mediados de verano que la intención del club canario era retener a sus principales jugadores diferenciales, aunque la realidad acabó siendo distinta. Gaku Shibasaki y Amath Ndiaye, los hombres que más calidad destilaban, pusieron rumbo a Primera gracias al ilusionante proyecto del Getafe. Su atacante, Choco Lozano, se marchó seducido por el encanto del Barça B. Germán Sánchez también abandonó la disciplina blanquiazul, uno de los pilares en defensa firmó por el Granada a razón de 100.000 euros que el club nazarí abonó al Tenerife. Cuatro pérdidas que merman la calidad de una plantilla que aún necesita múltiples incorporaciones.

El Tenerife sigue peinando el mercado en búsqueda de efectivos que doten al equipo de un mayor nivel competitivo. La principal necesidad que tienen es incorporar uno o dos delanteros ante la escasez de mimbres ofensivos y subsanar la falta de gol que tanto preocupa al cuerpo técnico. Los chicharreros no han marcado ningún gol desde el partido ante el Izarra (equipo de Tercera), casi 250 minutos sin ver puerta. El último refuerzo para el ataque ha sido Paco Montañés, exjugador zaragocista. El castellonense firmó ayer con el Tenerife y su debut tendrá que esperar. El único delantero puro del que disponen en el primer equipo, Víctor Casadesús, no podrá jugar por una microrotura. Tampoco estará presente Raúl Cámara, el lateral derecho titular acumula una sanción de la fase de ascenso disputada el pasado curso.

Pese a las bajas, el Tenerife sigue siendo un equipo de autor. José Luis Martí ha ensayado en pretemporada bajo las directrices que tan buenos resultados les ha dado. Un bloque ordenado, compacto en el repliegue y con velocidad para salir a la contra, el mallorquín construyó un sistema cimentado en el orden táctico y la solidaridad de todos sus jugadores. Su pretemporada ha ido de más a menos, con derrotas en los últimos dos partidos ante rivales de nivel como Las Palmas o el Deportivo. El técnico balear trabajó con un 4-2-3-1. Un esquema donde Vitolo y Bryan Acosta, una apuesta procedente de Honduras, están en la sala de máquinas. Con una segunda línea caracterizada por una alta capacidad ofensiva: Suso y Tyronne, los hombres de banda, son un arma importante en el ataque por su tendencia a buscar la portería, mientras, Aitor Sanz, jugará por dentro para aprovechar su capacidad de asociación. El ataque aún no está definido, Martí colocará a Juan Villar en punta si está en condiciones, ya que ha arrastrado molestias durante los últimos días. La segunda opción es poner de inicio al canterano Brian Martín, una de las sensaciones en la pretemporada del club canario tras anotar tres goles.